El libro que estamos construyendo ya tiene más de 18 textos y esta semana esperamos más. Ahí va una pequeña muestra.


La lengua bast es parca en insultos y blasfemias, como no sean elaboradas y solemnes maldiciones en las que se invoca trabajosamente a los dioses y a los demonios para que exterminen a los primogénitos de un clan rival, para que el granizo arruine las cosechas o para que malparan las ovejas del vecino, y cosas así. Cuando Remshet quería jurar solía escoger el selio, que es idioma de mercaderes y marineros y es más florido y preciso en la descripción de estados de ánimo extremos. Así que tomó, a pesar de su escaso conocimiento de esa lengua, uno de los de mayor calibre y se limitó a pensarlo, porque no era cosa de que sus enemigos supieran exactamente dónde se encontraba. Porque sus enemigos parecían tener una inacabable reserva de flechas y no tenían inconveniente en malgastarla en él y sus amigos. Muchas flechas y un cabrón de constructo grande como un castillo.

Amigos.

Vaya una forma de llamarlos. Uno de ellos, el más cercano, era un sádace al que llamaban Boudos. Era un hombre joven, alto, moreno de cabello y piel, ojos negros, fuerte y con aire misterioso. Un vagabundo más,  pensó Remshet cuando lo vio entrar en la taberna de Tafios el Impronunciable, aquel día, el único a lo largo del año en que llovía sobre Ensenada.

Remshet había llegado a Ensenada junto a otros mercenarios a bordo del Ola Plateada, al que custodiaban desde Evormo, al otro lado del Océano Interior. Los piratas menudeaban aquel verano por las costas de Tierrablanca y media docena de buques no habían arribado a Ensenada. Ensenada no era un puerto tan grande como para permitirse ganar fama de inseguro. El pequeño caserío, encalado y amurallado, se encaramaba por las laderas y los acantilados calizos y luego se escurría por ellos hasta llegar a la playa y a un largo espigón de piedra. Grandes barcos llegaban desde Selia, al otro lado del mar, dejaban sofisticados bienes en sus tinglados y almacenes, y volvían con las bodegas llenas de piedramágicas del interior de Tierrablanca, plumas de drómones, exóticas esculturas ngwairr en azabache y losas de mármol dorado como el bronce de Allendetierra. Este tráfico permitía a la ciudad dormitar bajo el sol y enriquecía al Senado que la gobernaba, un agradable conciliábulo de venerables comerciantes y nobles patricios descendientes de las primeras familias que llegaron a estas costas desde su patria original, Selia. Por guardar uno de estos navíos cobró Remshet un buen montón de soles de oro de Evormo.

Hubiera cobrado otro buen montón, si no hubiera tenido serias diferencias de criterio con el contramaestre. El contramaestre, borracho como un pellejo, creía que llamar minino a un bast no era más que una muestra de confianza y amistad. Remshet opinaba que no. Así que el bast quedó varado en Ensenada cuando el Ola de Plata volvió a Evormo, y durante tres semanas no hizo otra cosa que aburrirse y gastar en bebida y burdeles todo lo que había ganado. Buscó un catre en la posada de Tafios el Innombrable, en la plaza porticada junto al muelle en la que había mercado dos veces por semana, y esperó una oportunidad para regresar a occidente.

La lengua bast

Publicado el

miércoles, 7 de noviembre de 2012

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6 Comments
Omar El Kashef dijo...

Este hombre cuándo va a escribir una novela???

Deka Black dijo...

Que selecto, tiene un idoma que usa para insultar, tu. me gusta.

Unknown dijo...

¿Vendéis los cliffhanger directamente al público? Es que en mi ciudad no he encontrado Mininos en la Sombra ni Roma.

Besos y gracias.

Unknown dijo...

Yo también quisiera adquirirlos y en mi ciudad tampoco los encuentro. No me importaría comprarlos online.
Si no los vendéis directamente, ¿algún sitio o web donde pedirlos todos de aquí en adelante, please?

Gracias!

Julián Zinc dijo...

En mi tienda habitual aun no les han llegado =S

Unknown dijo...

¿Hay que hacer una subasta para que respondáis a una simple pregunta? Porque en Facebook publicáis pero aquí no decís nada.

Creais bastante propaganda de vuestros productos, lo cual está muy bien, pero si luego todo se queda en humo la gente acaba por no creer en vuestra editorial. Deberíais hacer aunque fuese una entrada comentando que estáis teniendo problemas o algo por el estilo.

Sinceramente, me parece muy poco serio que tengáis puestas unas fechas de publicación a la vista cuando no estáis cumpliendo los plazos. Incluso el que supuestamente ibais a sacar para ayudar a los chicos de la Marca del Este sigue sin aparecer.