Entre las enormes posibilidades que ofrece Internet a los Árbitros de Juego, la visualización pura y dura de imágenes o estampas a través de los motores de búsqueda de Google, supone un ejercicio que además de entretenido puede granjear gratas sorpresas a la hora de enfocar una partida, o incluso de resolver su planteamiento.
En el caso de Dogfight, debido a sus peculiaridades como juego de raíz histórica, las referencias gráficas suelen estar comprometidas por las limitaciones técnicas de la época, a un estatismo poco elegante, a un retrato de circunstancias ajenas la mayoría de veces a los avatares del combate, y a un aplastante aroma embadurnado de blanco y negro, o en su caso de sepia.
Además, la brutalidad del conflicto y el excesivo número de bajas habidas entre hombres y aparatos, ha originado que el cine haya puesto sus ojos de manera muy limitada en un escenario escaso de recursos, que sin embargo, a tenor de los datos bibliográficos y reconstrucciones, tuvo que suponer un auténtico estallido de color...
En este sentido, el trabajo de los numerosos artistas plásticos que han puesto sus respectivas miras en el universo en que se movieron los primeros aeroplanos de guerra, nos permite acceder a la reconstrucción de las complicadas coreografías en que intervinieron los frágiles aparatos, aderezadas, además, con los inevitables destellos de luz que nos avisan de si se celebraban en mitad de una tarde soleada, un amanecer o un atardecer, abonando un campo ilimitado de sugerencias que a buen seguro podrían germinar en una idea concreta con la cual esbozar el entretenimiento de una tarde alrededor de una mesa.
A su vez, los fotógrafos que han convertido los festivales aéreos en la diana de sus objetivos, nos permiten observar matices que demasiadas veces pasan desapercibidos: el cableado, los arneses o afustes, cómo la tela de recubrimiento muestra las costillas de madera de los aviones, etcétera... Y la dimensión real que adquirían los héroes que tuvieron agallas para jugarse la vida montados en ellos.
Pues bien, gracias a las modernas tecnologías y a la generosidad de quienes han tenido a bien compartir su trabajo en la Red de redes, todo eso está ahora al alcance de nuestra mano, para que lo aprovechemos de la mejor manera posible: construyendo sueños a su alrededor.
Además, la brutalidad del conflicto y el excesivo número de bajas habidas entre hombres y aparatos, ha originado que el cine haya puesto sus ojos de manera muy limitada en un escenario escaso de recursos, que sin embargo, a tenor de los datos bibliográficos y reconstrucciones, tuvo que suponer un auténtico estallido de color...
En este sentido, el trabajo de los numerosos artistas plásticos que han puesto sus respectivas miras en el universo en que se movieron los primeros aeroplanos de guerra, nos permite acceder a la reconstrucción de las complicadas coreografías en que intervinieron los frágiles aparatos, aderezadas, además, con los inevitables destellos de luz que nos avisan de si se celebraban en mitad de una tarde soleada, un amanecer o un atardecer, abonando un campo ilimitado de sugerencias que a buen seguro podrían germinar en una idea concreta con la cual esbozar el entretenimiento de una tarde alrededor de una mesa.
A su vez, los fotógrafos que han convertido los festivales aéreos en la diana de sus objetivos, nos permiten observar matices que demasiadas veces pasan desapercibidos: el cableado, los arneses o afustes, cómo la tela de recubrimiento muestra las costillas de madera de los aviones, etcétera... Y la dimensión real que adquirían los héroes que tuvieron agallas para jugarse la vida montados en ellos.
Pues bien, gracias a las modernas tecnologías y a la generosidad de quienes han tenido a bien compartir su trabajo en la Red de redes, todo eso está ahora al alcance de nuestra mano, para que lo aprovechemos de la mejor manera posible: construyendo sueños a su alrededor.
2 Comments
Una gran verdad. Mientras me documentaba para escribir Dogfight, me percaté de que las ilustraciones sobre los combates aéreos de la WWI eran tremendamente sugerentes y coloridas.
Merece la pena dejarse llevar por un buscador de imágenes buscando inspiración para una partida...
Simplemente, para lo de El Quijote, me habré pasado un mes largo (no seguido, coñe, XDDDD) mirando imágenes para pillar atmósferas y ambientes, y en el caso de tu libro... Qué quieres que te cuente que no sepas XDDDD
Un abrazote
Jose
Publicar un comentario