Suelen decir que la realidad siempre supera a la ficción, y con la que está cayendo no queda otra que plegarse a la evidencia de que la frase de marras encierra una verdad como la copa de un pino, porque a ver quién era el guapo que podía llegar a imaginar lo que está sucediendo en buena parte de nuestro ruinoso mundo.

El asunto tiene su aquél, porque las empresas que nos dedicamos a hacer Juegos de Rol trabajamos con la ficción, y la parte contemporánea de ésta se nos está yendo al carajo a velocidad de vértigo, de manera que imagino que no serán pocos los proyectos que han sido paralizados o están siéndolo ahora mismo, a la espera de que escampe o salga el sol por algún lado, ya que buena parte de los trasfondos se están quedando totalmente obsoletos a cada 30 segundo de telediario que vemos.

Sí, aparentemente pinta muy mal el tema contemporáneo para lo nuestro, así que habrá que aprovisionarse de juegos que toquen heridas menos sensibles, jugar en entornos menos crudos que los que nos están tocando vivir, o revisitar alguna tarde que otra nuestro Quidam, que mira tú por dónde, mantiene intacta su vigencia.

Os leo.