Bilbao, en Semana Grande (Aste Nagusia), siempre está precioso. Pero hoy no queremos hacer glosa de la capital del mundo por antonomasia, mucho menos porque en ella viera la luz nuestra amada editorial hace 21 años...

No. La razón que trae a la centralita de Bizkaia a estas líneas, no es otra que Igor Arriola, padre fundador de esta cosa que conocemos como Ludotecnia, ha decidido pasar unos días en la villa donde viven sus padres, y que nuestro amado Herr Doktor tiene su nuevo domicilio apenas a unos 20 kilómetros de ella.

El caso es que ni uno ni otro han contestado esta mañana al teléfono, y ¡claro!, en la editorial, ante tamaña coyuntura ha cundido el pánico, porque imaginar siquiera que Jose e Igor hayan podido compartir café y coca-colas durante unas breves horas, pone los pelos de punta a cualquiera.

Entre la previsible revisión de la historia del invento más añejo de nuestro suelo patrio, sazonada en amena conversación con elfos, gatos, deidades diversas, algún que sí, una pizca de que no, un átomo de como tu veas y el consambido Slambar, el asunto de la supuesta conjunción de astros (¡juraríamos a estas horas que ha ocurrido!) podría dar lugar a un cambio de rumbo del panorama editorial cuyas consecuencias son difíciles de calibrar sin mayores datos.

Por fortuna, nos ha sido posible hablar telefónicamente con Carlos [Monzón], circunstancia que nos ha tranquilizado sobremanera, porque si los tres tipos que alumbraron el Ragnarok apuntando sus cosas sobre las servilletas del Copacabana (esquina Hurtado de Amézaga con Elcano), hubieran coincidido, estaríamos sencillamente perdidos.

Seguiremos informando. ¡Que viva Marijaia!