Cuando el sol se acuesta sobre el desierto y los escorpiones salen de caza, a varios metros bajo la roca y la arena o en el interior de una pirámide, una hilera de teas se abre paso a través de la antesala del misterio. Pasillos estrechos y silenciosos donde cada esquina puede ser una trampa, van tragando lentamente el pequeño grupo de sombras que por ellos transitan...

El hipogeo, la tumba, es un engaño arquitectónico. Sus entrañas han sido dibujadas para atrapar indeseables, ladrones furtivos o incluso incautos que soñaron que podían cambiar su fortuna tentando a la parca, pero aún así hay quien lo intenta en la actualidad, quien lo intentará en el futuro y quien lo intentó hace milenios, cuando el magnetismo del tesoro y las riquezas ocultas resultaban un hechizo potente y solo al alcance de los más valientes, porque aunque sumamente peligroso era capaz de cambiar el signo de la suerte.
 
Pedro Gil y Cristóbal Sánchez, integrantes de «Los Aventureros Errantes de la Marca del Este», nos ofrecen en Saqueadores de Tumbas la posibilidad de adentrarnos en una de estas trampas milenarias repletas de angostas y largas galerías que llevan quién sabe dónde, tachonadas de estancias en apariencia vacías, de celadas, de ojos que miran desde la oscuridad más absoluta, de criaturas quietas que despiertan, de manos que estiran sus dedos para tomar la empuñadura de una daga, una espada, o una lanza porque el enemigo las ha importunado en su descanso y no ha de salir vivo a la superficie.
 
No me crees, ¿verdad? Te piensas con agallas suficientes como para entrar y retornar al punto de partida sin que el pelo se te haya vuelto cano, sabiéndote el mismo que rompió el sello y cruzó la puerta prohibida, idéntico a aquel que inició el camino en pos de la quimera, en la antesala de un infierno que desconocías que te estaba esperando. No das crédito a lo que te estoy contado. Sientes que el tesoro está alcance de tu mano y que no habrá dolor capaz de hacerte renunciar ni miedo que te obligue a retornar sobre tus propios pasos.
 
Sabes que no hay nada en el mundo que te lleve a pensar que tal vez no fue una gran idea comenzar esta aventura, por eso mismo piensas que te estoy vacilando y que no merece la pena convertirse en un saqueador de tumbas por una tarde...

Saqueadores de tumbas por una tarde

Publicado el

lunes, 4 de noviembre de 2013

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2 Comments
Deka Black dijo...

¿Como que no? habrase visto... Entro en la que sea ;)

El Erudito dijo...

Espera que agarro el látigo y el sombrero...