Aunque con algún retraso [justificable], retomamos nuestra tanda de razones con que amenizar la espera hasta que Cliffhanger llegue a las tiendas. Imaginemos, por tanto y por ejemplo, que es martes y no viernes, y que decíamos el otro día [decimos hoy], que otra de nuestras mayores preocupaciones a la hora de crear la línea asequible que nos llevará a la fama del mundo mundial, fue la de dar a cada libro un aroma y una textura especial e identificable.
Cabe decirlo. A pesar de los recelos iniciales, la tarea nos ha resultado mucho más sencilla de lo previsto, y no tanto por la calidad de los autores literarios y gráficos, obvia a todas luces, sino porque la conjugación de unos y otros en los trabajos en los que han intervenido, ofrece una panoplia de alternativas que podrían ser puestas a la venta en una caja roja, pero de bombones.
Chocolate blanco con crema de trufa en su interior; chocolate negro cubriendo un sutil juego de frutos secos... ¡Ay la madre que nos parió!
2 Comments
Dulces pildoras de placer.... mmmmmm
Nada, nada, a justificarse, ¡no tenéis perdón de Belcebú! XD
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