Mal que queramos, el tamaño importa, ¡vaya que importa! Cuando planteamos las líneas maestras de Cliffhanger tuvimos en cuenta que su pequeño tamaño podría suponer un handicap para el grueso de aficionados que gustan de los libracos enormes.
Para resolver el problema decidimos que lo conveniente era dotar a nuestros libros de una alegría especial y reconocible, tanto en su confección literaria como gráfica, así como en su textura como juegos independientes. En este sentido, la aportación de Octavio Muñoz, padre de «Madre», nuestro Sistema Lúdico, vino a solventar una buena parte de nuestros quebraderos de cabeza.
Sintetizando, que es gerundio. Cliffhanger es una línea de juegos pequeños pero juguetones, justo lo que pretendíamos. Fáciles de llevar de aquí para allá, en un bolsillo de gabardina, cazadora o vaquero, van a demostrar su enorme capacidad y posibilidades en cuanto sean abiertos. Estamos seguros de ello.
2 Comments
Con lo clarito que había quedado el post anterior, en éste no me he enterado de nada.
yo lo que saco en claro es que puedes practicar sexo con el padre de madre siguiendo las indicaciones de cliffhanger..no?..jeje (es broma)
yo también entendí mejor a vitaly pese a que ya no esté en nómina..
;)
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