Aunque suene extraño leerlo, la preocupación por el medio ambiente ha sido uno de los principales motores que nos movieron a la hora de crear Cliffhanger. ¿Qué ocurre con todos esos libros que compramos y que por una razón u otra no no terminan de gustarnos? ¿Cómo afecta tanto despedicio de papel al equilibrio del planeta? ¿La especie humana puede aumentar su huella ecológica de manera tan tonta? ¿Los Juegos de Rol pueden permitirse el lujo de contribuir a la destrucción de la Tierra?
No era una cuestión de pensar en la papelera como destino final de nuestros libros. La elección cuidadosa de las temáticas, el mimo con que han sido maquetados e ilustrados, el habernos decantado por una cuidada factura en su edición, aseguran que el 95% de los títulos que componen la colección jamás terminarán en la basura. Pero, ¿qué ocurrirá con el 5% restante?
Pues bien, no ocurrirá nada, o más bien ocurrirá muy poco, pues apenas suponen un puñado de páginas de pequeño tamaño fácilmente reciclable. El dinero, como sabéis, tampoco es un problema, ¿quién no se ha gastado más en una noche de farra, tomándose un cubata de Coca-Cola de barril y ron de garrafón, para terminar echando el contenido del estómago sobre el embaldosado de la calle o la pared de una esquina?
2 Comments
Hay que pensar en dejar un planeta con árboles a nuestros hijos.
¿Con qué iban estos a hacer libros de rol si no?
Pensad en los niños.
¿Árboles? Eso está bien en El Señor de los Anillos. O en ¡Gañanes!.
¡Cubrición del mundo ya! ¡Aire acondicionado planetario ya!
Publicar un comentario