Los Juegos de Rol pueden ser muchas cosas, pero lo que no deben ser nunca es aburridos. Desde aquí recomendamos a los distintos AJ que recorten, abusen o torturen este reglamento para adaptarlo a sus intereses. La única función de Roma es la de divertir, si algo lo impide, modifícalo, altéralo, descuartízalo, trocéalo hasta que se convierta en tu criatura, en el juego más divertido posible para ti y tu grupo de amigos.

El juego y la Historia.-

Este juego está ambientado en Roma, en un periodo vago de tiempo que podríamos considerar que se extiende desde el principio del siglo I a.C. hasta finales del siglo I d.C. En este espacio, la República de Roma se extendió por el Mediterráneo, entró en crisis y acabó convirtiéndose en el Imperio Romano.

Muchos Jugadores pueden sentirse intimidados ante una ambientación histórica como la de este juego. Otros dirán aquello de «pero si yo no tengo ni idea sobre Roma». ¡Paparruchas! No es necesario tener un doctorado para jugar Roma. Quizás ni siquiera sea recomendable, porque no está tan ambientado en la historia real como en las películas y novelas. Los cineastas y escritores no tienen problemas en cambiar o inventar cosas para hacer que su historia sea entretenida, ¡y ellos cobran por hacerlo! ¿Por qué habría que ser más duro con un AJ que sólo pretende pasarse una tarde divertida con sus amigos?

No tengas ningún reparo. Modificar la historia (intencionadamente o por ignorancia, tanto da) no sólo puede ayudarte a hacer partidas más divertidas sino que además añadirá un grado de incertidumbre. Al fin y al cabo, todos sabemos que César murió apuñalado. Pero ¿y si César se salva al final por los pelos?

Puedes considerar que este juego no se basa en la historia real, sino en una especie de ucronía repleta de posibilidades. ¿Y si Catilina no hubiera vencido a Cicerón? ¿Y si los Graco no hubieran sido asesinados? ¿Y si Marco Antonio hubiera ganado la batalla de Ancio? ¿Y si los queruscos no hubieran derrotado a Varo...?

No te limites a inventar la gran historia, es imposible jugar a este juego sin inventar también los pequeños detalles. Ten en cuenta que ni siquiera los mayores expertos conocen bien cómo funcionaban las leyes, los venenos e infinidad de asuntos en Roma, así que tendrás que inventártelos. Sin olvidar los personajes. ¿Es necesario que sepas los cónsules que tuvo Roma cada año? Pues no, puedes inventarlos sin compasión.

Y eso mola, porque así podrás dar el giro al juego que te resulte interesante. Y ya puestos, si vas a inventarte todas aquellas cosas que nadie conoce, ¿por qué no inventas también las que sí se conocen? Lo importante es que se mantenga la ilusión de realismo, no el realismo en sí mismo.

De Roma.

Jugar a Roma

Publicado el

martes, 20 de marzo de 2012

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