Si la capacidad de reinventarse tuviera un nombre, ése sería el tuyo. Ayer nos insinuabas que dejabas este mundo, pero quien te ha leído en la delicadeza y profundidad de tus trazos, colores y palabras, sabe perfectamente que volveremos a encontrarte quién sabe dónde o quién sabe cuándo, porque estás hecho de la misma espuma incandescente que materializa los sueños. [Seguir leyendo]

Que Arzak te guíe

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domingo, 11 de marzo de 2012

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