Al hilo de lo dicho ayer por Omar en este mismo blog [Escribe tu propio Cliff], me gustaría comentar algo. Creer y confiar en lo que uno está escribiendo es primordial. Si se carece de confianza, mal vamos. Pero en este caso concreto, además es muy importante divertirse con lo que uno está haciendo. Hay que dejarse llevar y ser uno con la idea planteada; pasarlo bien mientras se junta una letra tras otra hasta llegar a esas 25.000 palabras que compondrán nuestra obra.

En mi caso particular, «Get Wild» nació de un momento de soberano aburrimiento mientras trataba de dar con una idea decente. Mejor dicho: de cansancio mental. Escribo todos los días y mi primera idea era hacer un Cliffhanger de superhéroes, pero me di cuenta de que el tema de los poderes se me llevaría prácticamente toda la extensión del texto. Decidí hacer otras cosas más urgentes en ese momento... y ahí llegó la idea.

Como decía Omar, lo primero fue la idea. Yo quería héroes. Quería que fueran capaces de llevar a cabo hazañas más allá de lo humano... Y me acordé de las películas de Jackie Chan. Pensar en la mitología popular acerca de las artes marciales fue el paso siguiente. ¿Que hay más divertido que repartir leña usando ancestrales técnicas salidas de mi delirante mente? Me faltó tiempo para ponerme a escribir.

Y fue divertido, muy divertido. Lo curioso es que me lo pase incluso mejor con la parte de las reglas que la ambientación en sí. Estaba decidiendo cómo funcionaban esas maniobras que yo había visto en tantas películas, series televisivas y viñetas. ¡y era genial! O el meter guiños que los lectores más avispados sabrán detectar enseguida...

Oh, sí, el título. ¿De donde viene «Get Wild»? Pues de una canción. Una de una serie que no tiene nada que ver con las artes marciales de hecho. Pero pensé que esas dos palabras cuadraban con el tema del juego y sintetizaban su espíritu: «Hacer el salvaje», patear culos y dejar claro qué estilo de lucha es superior. Todo ello sin dejar de divertirse.

Porque a eso hemos venido aquí, ¿no?

Luis Guillermo del Corral.

Anteriormente en los Diarios de diseño