«El cielo está llamado a convertirse en un campo de batalla más, no menos importante que la tierra o el mar... Si se pretende conquistar los cielos, es necesario privar al enemigo de toda capacidad de vuelo, atacándole en el aire, en sus bases de operaciones o en los centros de producción. Debemos tener muy en cuenta esta idea y prepararnos para el futuro de los combates aéreos.»
Giulio Douhet (Oficial del Estado Mayor italiano, 1909).
Los Juegos de Rol jamás han sido excluyentes pero hay escenarios que sin quererlo sí los son, como es el caso del propuesto en Dogfight, un universo bélico hecho a la medida de los hombres porque está imbricado en una etapa de la historia que había decidio relegar a las mujeres, en el cual, si una jugadora pretende intervenir tendrá que hacerlo interpretando a un hombre, a un caballero del aire y no a una dama del cielo.
Sin embargo y contra todo pronóstico, cabe decir que existen claras referencias a aviadoras que pilotaban aviones antes de la Primera Gran Contienda, y que a buen seguro, siguiendo este fino hilo de Ariadna podemos sospechar que quien escribió la historia oficial de la 1ª Guerra Mundial pudo no querer acusar recibo de alguna que otra protagonista que pudiera haber, sencillamente porque «quedaría feo» ensuciar con un nombre femenino una aventura hecha a medida de los varones.
No pretendemos enmendar la plana a nadie, que conste, sino abrir un hueco verosímil para que aquellas jugadoras que quieran interpretar un PJ femenino en las partidas de Dogfight, puedan hacerlo. Para ello hemos tomado pie en la propia historia de la aviación. Así, queremos recordar a Harriet Quimby, a Elise Deroche y a Katherine y Marjorie Stinson, sin olvidarnos de Martha Niel, primera mujer piloto de pruebas. Todas ellas tienen como denominador común su género, por supuesto, pero también su incontestable pasión por abrirse paso en un mundo vedado a las chicas.
El caso de las hermanas Stinson es paradigmático para lo que nos ocupa, ya que Katherine, habiendo solicitado su ingreso en las Fuerzas Aéreas de EE.UU. lo vio rechazado, teniéndose que conformar con ejercer de conductora de ambulancias. Pero mejor suerte corrió su hermana, pues Marjorie consiguió convertirse en la primera mujer piloto de reserva de las Fuerzas Aéreas estadounidenses durante la Primera Gran Guerra.
Llegados a este punto y habiendo mostrado los antecedentes, abrir el trasfondo de Dogfight para que quepan las jugadoras que deseen interpretar PJ del género femenino, resulta tan sencillo como habilitar un escenario en el que tengan cabida, de manera que un avión sin piloto y una enfermera de la Cruz Roja con agallas y conocimientos de aviación que pueda cubrir la baja, por ejemplo, bastarían para que se obrase el milagro.
Y en cuanto a la Historia que nos ha llegado, recordar que siempre es más divertida aquella que escribimos nosotros durante nuestras partidas.
Nos leemos.
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