De lo que sucedió entonces, pocos vestigios tienen los actuales pobladores del mundo. Las razas mágicas por su parte de repente se vieron inmersas de nuevo en la Tierra, y los humanos, ahítos con su lógica y su sabiduría se vieron sorprendidos por un ataque masivo de criaturas olvidadas, retoños de las leyendas más remotas del hombre. En realidad, esto fue lo que sucedió durante La Caída...

La humanidad había vivido en paz durante un par de siglos, solucionando todos los problemas históricos y míticos que se habían forjado en más de 5.000 años de historia. Cuando parecía que ya lo habían conseguido, las fauces de la tierra se abrieron, expulsando criaturas míticas, las junglas surgieron atravesando las mayores urbes del planeta, aniquilando con la poderosa fuerza de la naturaleza casi todo vestigio de tecnología y civilización. El caos más absoluto se cernió sobre los habitantes de este desvencijado planeta, desde los humanos más lógicos hasta las más aberrantes criaturas salidas del abismo.

La estabilidad que tanto tiempo había costado crear se hundió, se rompió en millones de pedazos prácticamente inmateriales. Las estructuras de poder mundial se derrumbaron, empezando por Los Cien Sabios —cuyos cuerpos jamás fueron encontrados, probablemente engullidos por las abrasadoras arenas del desierto iraquí— y siguiendo por cada representación suya en cada ayuntamiento de cada ciudad y región. Todos se veían asediados por criaturas confundidas, por elegantes elfos portadores de temibles y despiadadas armas; por gargantuescos gigantes acompañados por furtivos trolls; por hipogrifos y dragones que, caídos del cielo, destruían en su confusión todo lo que tocaban.

Durante las primeras horas los satélites de comunicación casi se fundieron —muchos lo hicieron— debido al temible trabajo que desempeñaron, poniendo en contacto a cada célula tecnológica de la humanidad. Calibrando la respuesta que se debía dar, organizando a las saturadas fuerzas del orden y preparando una ofensiva cuyo resultado era incierto. A pesar de que las bombas atómicas habían sido muy superadas, tecnológicamente hablando, no había aún arma en la humanidad que provocase una destrucción tan grotesca. Algunas se lanzaron, muchas no dieron en su objetivo. Por alguna razón, las bombas de destrucción masiva que la humanidad poseía cayeron en otros países, provocando a su vez el rebrote de viejas heridas y viejas rencillas enterradas.

La humanidad, para variar, ya no solo peleaba contra el enemigo exterior, sino entre ella. Cruentas guerras intestinas se desataron entre antiguos países enfrentados; las criaturas mágicas no se sorprendieron, de alguna manera su memoria racial recordaba que eso era lo que la humanidad solía hacer. La destrucción que provocaron las bestias mágicas quedo empequeñecida con lo que los humanos se hicieron a sí mismos. Pero más adelante explicaremos el por qué y el cómo de todo esto.

Mundo eterno. Oscar Bravo.

Mundo eterno

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viernes, 5 de noviembre de 2010

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6 Comments
Delfos dijo...

Qué buena pintaca tiene, este me lo pillo fijo!

Darkos dijo...

Shadowrun a lo cafre!! Mola

alberto_orco dijo...

XD XD XD

Que jodio que eres....

Pos nada, de vuelta al armero presto a matar criaturas miticas...

A este paso el rifle me pide aumento de sueldo...

Tharfall dijo...

Pues si, tiene una pinta tremenda.
¿Para cuando?

Ludotecnia dijo...

Digamos que éste no entra dentro de los tres primeros de la colección. Habrá que esperar un poco. Pero sólo un poco, ¿eh?

alberto_orco dijo...

Ooooooooooooh

XD XD XD