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- ¡Ron, ron, ron, la botella de ron!
- El anisico casero
- Diario de diseño: La idea
- Y Franco, ¿qué opina de ésto? [Mutantes]
- Llegar vivos a Navidades
- ¿Forrarse, pa'qué, chata?
- Mayhem
- Viento caliente
- Cementerio de Blacksville, 2 años antes
- Almacenamiento
- La agonía del imperio
- BarHag-Nâdül
- Con Alien a la espalda
- Bienvenidos a Babylon
- ¡Déjà vu!
- El arte del robo
- El Culto de la Iluminación
- Ser seguir siendo
- Excelsius
- Misha Abayev
- Catedral gótica
- Un Dragón de Obsidiana
- Madre no hay más que una, y cada cual con la suya
- Arcano VIIII [El Ermitaño]
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- Taller Cliffhanger (6)
agosto 2012
Y así las cosas, con la Tierra hambrienta de materias primas, combustibles y nuevas rutas comerciales, el Conglomerado posó su vista en las estrellas. Con esfuerzo y tesón fue colonizando poco a poco el Sistema Solar, fundando bases y colonias más o menos permanentes, en todo cuerpo celeste susceptible de ser explotado económicamente. Pero nada podía satisfacer la avaricia de la poderosa organización.
Con buena parte de su propio sistema colonizado, los ingentes engranajes de la maquinaria dictatorial seguían pidiendo más. Reclamaban el universo, el vacío, la eternidad. Los científicos del Conglomerado se pusieron manos a la obra con el único objetivo de dar con la tecnología que permitiera los viajes entre sistemas y galaxias ya que, con los sistemas de propulsión del momento, esta empresa era imposible. Como en todo lo demás, el éxito no se hizo esperar.
¡Ron, ron, ron, la botella de ron!
Publicado el
miércoles, 29 de agosto de 2012
Si hay una bebida rural por antoniomasia, sin duda ésta sería el anís. Desde el Marí Brizár pa los paladares más esquisitos hasta el anís del Mono, que además trae de regalo una foto p'al deneí y un istrumento musical, una buena seleción de anises es tan importante pa un bar de pueblo como el espositor de casetes con Arévalo, los Tres Sudamericanos y Mariajesús y su acordeón.
No ostante, el mejor anís que se conoce, es el casero, el anisico de toa la vida. No hay motivo pa andarse gastanto el capital en marcas, cuando con un poco de maña y un alanbique se pue hacer uno el suyo propio, mayormente. Además, este elisir artesano tiene propiedades casi milagrosas.
El anisico casero
Publicado el
martes, 28 de agosto de 2012
Uno de los peores miedos a los que me enfrentaba cuando me ponía a escribir un Juego de Rol era si sabría ser original. Con la cantidad de cosas que hay escritas, publicadas o no, mi pesadilla era que ante mi trabajo alguien dijera que le recordaba a esto o a aquello, y que fuera verdad. Hubo momentos en que la cautela me impedía dar a la tecla, pero después de comprender que todo está inventado y que lo único que podía hacer yo era seguir construyendo la casita de todos con ladrillos prestados, comencé a disfrutar de nuevo como un chiquillo con sus piezas de Lego.
Entendido el fundamento de mi liberación, sin presión y sin pretender hacer obras de culto o grabar mi nombre en la historia, la inspiración comenzó a aflorar con naturalidad y mis dedos empezaron a pulsar el teclado con sorprendente facilidad, aunque con resultados diversos, como no podía ser de otra manera.
Un desliz en nuestro página en Facebook, levantó la semana pasada algunas expectativas entre los aficionados a nuestro veterano juego, que tuvieron que ser rápidamente sofocadas en Google+, lo que nos ha hecho ver que amén de que Internet parece una casa de lenocinio donde pides garrafón del bueno y te sirven Macallan 18 years old para que no hagas el panoli cuando te pasan el extracto mensual de la VISA, hacía falta santificar en una entrada oficial, of course!, el asunto éste de que Mutantes en la Sombra, el Juego de Rol que transcurría y sigue transcurriendo en un mundo demasiado parecido al nuestro, está otra vez y definitivamente en nuestras manos, y que a partir de ahora seremos nosotros quienes haremos con él de nuestra capa un sayo, o lo que sea, incluso hablar y compartir con vosotros lo que nos venga en gana de su desarrollo.
Mañana empieza el nuevo curso para nosotros. Es una fecha como otra cualquiera, ya lo conocemos, pero hemos jurado nuestros sueños con nuestras manos derechas sobre los restos aún humeantes de la merienda, que seguiremos caminando, porque eso es lo que sabemos de nosotros mismos y en lo que nos apoyamos para mirar el horizonte. Aunque nos lo hemos puesto fácil, para qué engañaros: queremos llegar vivos a Navidades, así de sencillo, y a ser posible, que vosotros podáis verlo.
Hemos elegido esta fabulosa imagen del artista chino Mei Dongsheng porque es alucinante y porque creemos que nos representa esta tarde. Mañana... ¡mañana ya veremos qué disfraz nos ponemos!
Estoy de guardia, por si no se había notado. Total, que ando maquetando la publicidad de Mundo Eterno y mientras volvía de mi segundo café, venía recapacitando sobre cómo dos circunstancias en apariencia no relacionadas, pueden dar lugar a un hecho que aunque todavía anda entre brumas, acabaré desentrañando. Al hilo, también he pensado en esa especie que se está instalando entre nosotros —reinstalando, diría yo, porque es más vieja que la tana—, según la cual, el mundillo no da ni para pipas, aserto que está siendo alentado ahora mismo por uno de nuestros más inocuos conspiradores.
En fin, visto que a doña Esperanza Aguirre no le llega con lo suyo para aguantar hasta final de mes y que a un parlamentario de no sé dónde tampoco le alcanza con los 5.100 Euros que cobra, me ha dado por imaginar lo que piensa cada uno sobre la pobreza en la que milita. Como ilustrador y escritor (mi otra vida), me da para lo que me da aunque no sea de los que se queje, y sospecho que si se hiciera una encuesta, el 90% del personal que tiene la fortuna de disponer de trabajo, contestaría en idénticos términos a como haría yo.
Se acerca una fecha temible: el 1 de septiembre. Los precios van a subir 21 pisos de golpe y bajo nuestros pies desaparecerá parte del suelo que pisamos ahora.
No me malinterpretéis, he retornado cargado de energía y me siento alegre, al menos lo suficiente como para mimetizarme a la perfección con el estado de euforia que parece empapar nuestro mundillo, lo que no es óbice ni cortapisa para que recuerde que en tiempos mejores, una crisis menos voraz que ésta, extirpó de la faz de la tierra lo que la vieja guardia llama Edad Dorada del Rol.
Los datos resultaron demasiado claros, demasiado elocuentes y concisos, como si el encargado de reflejarlos hubiera querido trasladar un miedo frío que certificara la incuestionable veracidad que encerraban. Ante aquello, nadie en su sano juicio habría sido capaz de intentarlo de nuevo.
Unos resultados tan nítidos, amparados en la ausencia de cabos sueltos, de resquicios, habrían llevado inevitablemente a un análisis concienzudo que habría podido delatar a su diseñador; sin embargo, los sucesos aparecieron rodeados de dudas razonables, de abundantes flecos (apenas peceptibes en la madeja de acontecimientos periféricos). La evidente existencia de contrastes, mínimamente detectables en lo imbricado del contexto, la rotundidad y claridad de toma de posiciones de los diferentes servicios, hicieron innecesaria una exploración pormenorizada y milimétrica del antes, sumiendo a los diferentes grupos de análisis en un esfuerzo estéril por enteder aquel ahora y su inmediato después, permitiendo a la larga, establecer un caldo de cultivo donde cimentar el mito, convirtiéndolo en lo que ha sido durante años: un hecho irrefutable.
—¿Ya has decidido quién te va a cubrir la espalda más cerca?
—Tengo dudas.
—Pues decídete. No es momento para dudas. Aunque de momento son rumores, parece que los Vitelli quieren quedarse con todo el puerto. Bastante mierda hay ya con los rusos.
—Ése es precisamente el problema. El irlandés comería cristales para defenderme pero también es nuestro hombre más… resolutivo.
—¡Puzza, Scalfaro! Sigo sin fiarme de ese tipo. ¿Capisce? Vale que salvara a tu sobrina de aquel ataque de los japos y se lo agradeciste metiéndolo en nuestra familia. Vale que haya demostrado ser un tirador como nadie y que siempre haya cumplido las órdenes sin fallo. Pero no me cuadra su historia del huérfano crecido en las calles.
Cementerio de Blacksville, 2 años antes
Publicado el
miércoles, 22 de agosto de 2012
Inmediatamente después de su captura, antes incluso de que el cierre de la misma haya finalizado, el nuevo sujeto es enviado a uno de los campos del A.K.R.A. fuera de los E.E.U.U. Para ello se utiliza la flota de helicópteros de la organización, pintados completamente de negro y carentes de cualquier tipo de identificación. Una vez que el M llega a Camp Everett, Camp Palmer o Camp Delaware, su vida se hunde en un oscuro túnel.
En primer lugar se somete al M a un periodo de aislamiento total en una celda acolchada y bajo vigilancia electrónica constante. Durante días y días, a menudo semanas, no verá el rostro de otro ser humano. Comenzará también el control estricto de sus horarios de sueño de tal forma que se produzca en periodos cortos e intermitentes. Si unimos a esto la ausencia total de luz natural, el sujeto pronto perderá todo concepto del tiempo y pasará la totalidad de las horas en un estado de constante de semi-vigilia que irá minando sus fuerzas, su voluntad y su ánimo.
Almacenamiento
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martes, 21 de agosto de 2012
La evocación del viejo Imperio de Roma nos trae imágenes de gloria y de conquista, de legiones invencibles y de césares todopoderosos, pero la historia de Roma también contó con momentos de peligro y convulsiones que casi dieron al traste con su misma existencia. La falta de un criterio dinástico a la hora de sucederse los emperadores en el trono, la ambición de los poderosos generales y la presión de los enemigos externos hicieron que el siglo III de la era cristiana fuera una época de casi continua guerra civil y de profunda crisis económica. Las tribus germanas de más allá del limes danubiano, agitadas por las intrigas de Hlawroth, el rey elfo de Hercynia, se abatieron una y otra vez, sin descanso, aun sufriendo abultadas derrotas, sobre el Imperio y consumieron sus mejores recursos en hombres, energías y riquezas. Las viejas familias senatoriales fueron perdiendo poder político y cada vez más, fueron los más enérgicos militares, casi siempre medio bárbaros, los que impusieron un sistema de gobierno más y más autoritario sobre los restos de la vieja república itálica.
La agonía del imperio
Publicado el
lunes, 20 de agosto de 2012
Desde que los cielos se abrieran, los barhag se habían sumido en intensos debates sobre la razón de su retorno. Habiendo consumido su exilio surcando el cosmos, sucedió un tiempo en el que las costas del universo volvieron a ser reconocibles. El hogar que los había desterrado les abría de nuevo sus puertas para llamarles, y por ellas entraron prestos.
Calmadas las furias y silenciados los ecos de las una y mil batallas que sembraron de ruina y de muerte los cuatro puntos cardinales y lo que se contenía en ellos, acordaron que si uno solo obtenía la respuesta, se reunirían. La hora había llegado.
Calmadas las furias y silenciados los ecos de las una y mil batallas que sembraron de ruina y de muerte los cuatro puntos cardinales y lo que se contenía en ellos, acordaron que si uno solo obtenía la respuesta, se reunirían. La hora había llegado.
BarHag-Nâdül
Publicado el
domingo, 19 de agosto de 2012
El departamento de maquetación de Cliffhanger de Ludotecnia se diferencia de los otros en que destila un aroma especial. Haga un calor de mil de mil demonios o un frío estepario, Alfa 1 y Alfa 2 irán en gayumbos o con bufanda, pero su cabeza estará cernida por el casco reglamentario y de sus hombros colgarán los chalecos antifragmentación oficiales. Junto a la pipa o al paquete de Lucky Strike, siempre encontraremos alguna automática de bolitas (el viejo prefiere la 92F; su mano derecha, la P229), y según sea el libro que estén maquetando, a lo peor nos encontramos con alguna herramienta más grande sobre la mesa...
Maquetar nuestros chiquitines no está exento de peligros. En cuanto te descuidas te encuentras en la página 80 afianzada pero con 10 brincando más allá de la 106 (nuestra frontera de seguridad), de manera que hay que ir con pies de plomo, ajustando aquí y allá como un relojero, porque las 25.000 palabras no ocupan lo mismo cuando hay muchas tablas que cuando hay pocas, para que nos entendamos, o cuando al autor se le ha ido la sartén del mango y pretende hacer florituras para que su juego quede más guapo que el del compañero o de cualquiera de los publicados (¡malditos egos!).
Con Alien a la espalda
Publicado el
sábado, 18 de agosto de 2012
«Y lo pusieron en jaula con cadenas, y lo llevaron al rey de Babilonia; lo metieron en fortalezas, para que su voz no se oyese más sobre los montes de Israel.» [Ezequiel 19, 9]
Un líder religioso muy conflictivo como para estar en libertad, un peligroso asesino en serie condenado a muerte, un yuppie encarcelado por un falso delito, un grupo de cultistas buscando las pistas de una antigua religión oculta en los cimientos del presidio, un buen hombre buscando liberar a su hermano del corredor de la muerte, un capo de la mafia venido a menos, un agente de narcotráfico infiltrado en secreto como preso, un camello de poca monta convertido aquí en poco menos que un rey… o incluso un guardia de prisiones tentado por el dinero sucio pero fácil que puede suministrar el contrabando. Una pequeña muestra de la disparidad de personajes e historias que puede albergar un presidio.
Bienvenidos a Babylon
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jueves, 16 de agosto de 2012
Los canales de distribución han ejercido siempre de grandes monopolios, aunque su tamaño apenas dé para cubrir la cabeza de un alfiler. Siempre lo han tenido fácil, no es por nada. Por su dimensión y posición pueden prometer el mundo si hace falta, a cambio de unas migajas del esfuerzo de quien cae en sus manos, para terminar agarrándole de aquel sitio si se deja.
Con
el de prostituta, el de intermediario es el oficio más viejo del mundo,
y si estiro el concepto, llegaría sin demasiado esfuerzo a pensar que
es el más añejo de todos, porque no sé por qué, entre carne y carne
siempre intuyo a alguien que supo tasar la oportunidad y el qué en una pieza de venado. [Leer más]
Volviendo al hipogeo prototípico, éste no disponía de marcas visibles que señalaran lugar alguno, y todos sus accesos permanecerían sellados y cubiertos por la tierra y arena del desierto. Además, los accesos, cañadas, vericuetos y sendas interiores del valle eran vigilados por la guardia nubia de los medyai, que también vigilaban con celo el pueblo donde se concentraban todos los obreros encargados de la construcción de las tumbas, conocido como Deir el-Medina (cerca del Valle de los Reyes). Es factible que los propios saqueadores de tumbas vivieran en este pueblo, o que tuvieran contactos con algunos de sus habitantes, que disponían, como te puedes imaginar, de información privilegiada.
La inmensa mayoría de los robos, en realidad, tenían lugar a las pocas horas del enterramiento, o días a lo sumo, con la connivencia de los guardias y constructores. Aunque, en el mundo de nuestro juego, al intercalar elementos fantásticos que redundan en la dificultad y la peligrosidad de la tarea, las tumbas serían mucho más inaccesibles y letales, lo que redundaría en una mayor seguridad, y por ende, en un número menor de saqueos, así como una más alta especialización de los ladrones... nuestros héroes.
El arte del robo
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martes, 14 de agosto de 2012
Ayer nos cruzamos con el Culto de la Iluminación. Me alegro de haberlo hecho, aunque sean unos pirados religiosos. Lo cierto es que son buena gente y echan una mano a quien se lo pide y no intente cortársela después. No todos los pirados religiosos son igual de amables, ni mucho menos, pero el Culto de la Iluminación sí.
Bien, un poco pesados sí que se ponen con el tema de la religión, pero si les aguantas la charla de media hora que todos tienen aprendida, luego es fácil de soportar y, sobre todo, provechoso. De momento hemos podido cambiarles algunas cosas. Yo mismo les he dado unos muelles grandes, sacados de un mastodóntico vehículo que encontramos en una carretera desierta, a cambio de dos escudillas de cerámica que he regalado a Diane. Las quería para dar de comer a los niños en algo limpio y decente. Limpio y decente, tiene narices.
El Culto de la Iluminación
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lunes, 13 de agosto de 2012
Llevo demasiado tiempo en este mundillo como para no entender que las erratas son consustanciales a la labor editorial, hasta el punto de que sin ellas sería imposible sacar pecho con «segundas ediciones revisadas y corregidas». Las temo como a la carcoma o a sol que destruye los libros, y por ello lucho junto a mis compañeros por evitarlas, aunque sé perfectamente que tarde o temprano, en cuanto un ejemplar sale de la imprenta, me habré de topar con una de ellas que ha sabido permanecer emboscada hasta que su presencia resulta irreparable.
No soy amigo de las fé de erratas que actualmente han vulgarizado el ejercicio editorial en nuestro mercado, porque en estricto sentido deberían ser un cuadernillo extra que se incorpora al libro advirtiendo de los errores detectados cuando no había vuelta atrás, y que como tal forma parte indivisible del volumen al que aluden. Dicho esto, tampoco veo pertinente las fé de errores, anotaciones a toro pasado que pertenecen al ámbito de las publicaciones diarias, semanales o mensuales... Por supuesto, estoy totalmente en contra del uso y abuso de los PDFs como elemento complementario que avisa de lo mal que lo hemos hecho a la hora de componer el libro, pero a una parte minúscula de los consumidores, la que tiene acceso a Internet, dejando a la otra a dos velas y con un palmo de narices.
Ser seguir siendo
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domingo, 12 de agosto de 2012
Arrecia la lluvia. Suena otra sirena aún más lejana. Hemos dejado el campamento a las 08:21 y avanzamos silenciosos por una jungla que desconozco y con un objetivo que no recuerdo. Vietnam es una tenue secuencia de sombras y reflejos que se suceden en la pantalla de un viejo televisor de blanco y negro; que se entremezclan en mi niñez con las escenas de los estudiantes corriendo por los campus universitarios mientras la policía disuelve las manifestaciones, o que levantan sus pancartas reclamando al presidente que cumpla su palabra. Nixon anuncia que los bombardeos se intensificarán hasta que logremos un acuerdo honroso. Mi padre me regala su colección de sellos, encomendándome la tarea de que la continúe y se la pase a mis hijos. Él me ayudará hasta que pueda hacerlo solo, dice, porque las colecciones hacen que la gente se vuelva metódica y disciplinada, y la perseverancia se forja en el método y la disciplina... es el rasgo que distingue a los triunfadores, hijo, no lo olvides jamás; y me lo dice señalando, con mano levantada y dedo firme, el retrato de JFK que bendice nuestras comidas y cenas, colmando de sentido nuestra sencilla vida familiar. Nixon ejecuta una de sus muecas siniestras mientras sostengo entre mis pequeños brazos los dos gruesos álbumes que encierran las líneas maestras de mi futuro.
Misha Abayev abrió los ojos bruscamente. No podía haber estado mucho tiempo inconsciente, pensó, porque con la hemorragia que tenía en el costado debería haber muerto ya. Quizás, unos segundos, o un minuto…
Le costaba ver, incluso contando con que era de noche. Tenía frío y no sólo por la niebla helada que subía desde las aguas del Neva, quietas y negras como un mal presagio. Empezó a distinguir sobre el zumbido de su cabeza las voces que había oído antes de caer herido. Eran las mismas, pero mucho más cerca. Se gritaban unas a otras cosas que Misha no podía entender. Poco a poco la vista se le fue aclarando y pudo distinguir sobre sí la luz verde y amarillenta de la farola que asomaba por la esquina de un contenedor a cuya sombra debía de estar caído.
Bajo dos palmos de asfalto y sedimento navega el tendido subterráneo del alumbrado y teléfono; a ciento cincuenta centímetros del suelo, entre arcilla, arena compacta y grava, centenares de kilómetros de tuberías se arrastran, transportando gas o agua; por debajo, descomunales cañerías evitan la red de alcantarillado, que se eleva o desciende aprovechando inercia y gravedad para deshacerse del detritus o las avenidas. Soterrado, invisible, a decenas de metros de profundidad, el sistema metropolitano horada y desintegra el soporte donde levanta sus cimientos la tristeza.
Diez segundos bastan para que cuarenta y cinco metros de metal atraviesen un mismo punto a sesenta y cinco kilómetros por hora, hiriendo el aire rancio, obligando a temblar al mundo, devorándolo con un sonido atronador. Avanzamos hacia la soledad fría con las manos manchadas de sangre tras haber renunciado a ser lo que soñábamos. Pautados por el metrónomo invisible que glorifica puntas, medias o cuartos, nos hacinamos con alterada paciencia en vagones y andenes, forcejeando dócilmente, defendiendo posiciones, perdiéndolas, para naufragar una vez más mientras esperamos turno.
Catedral gótica
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martes, 7 de agosto de 2012
Cuando Marta llegó a Japón, lo hizo con la idea de estudiar en el mismo lugar en cual lo hizo su padre. ¿Y que tipo de lugar es el dojo Amanecer Dorado? Un dojo en el cual se enseña karate. El dueño y sensei es Ishinomori Yamane. El sensei es famoso por su exasperante manía de encontrar entrenamiento en todo aquello que le rodea (su frase habitual es: "En (situación), hay entrenamiento", su gusto por el té y su amor por los perros y las novelas de espada y brujería occidentales.
El dojo es pequeño, tiene diez alumnos contando a Marta. Pero todos lo prefieren así, porque se concentran mejor en sus lecciones. Es un dojo que abrió poco antes de la entrada de Japón en la 2ª Guerra Mundial y que durante la misma dio refugio a todos aquellos que perdieron su casa en bombardeos. Se rumorea que también refugió a prisioneros estadounidenses y australianos fugados, pero nunca se pudo probar. El dojo y Yamane sensei son respetados en el país entero como ejemplo de rectitud y justicia.
Un Dragón de Obsidiana
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lunes, 6 de agosto de 2012
En esta casa, vacaciones significa hacer lo mismo de siempre, pero en gallumbos, más relax (si cabe) y un refresco en el escritorio mientras escuchamos alguna pieza de música evocadora o recibimos los paquetes de imprenta con el quinto de nuestros niños. Lo decimos para que nadie piense que Jose ha tomado algo exótico para decidir finalmente que Madre tendrá su propio hueco en la colección Cliffhanger.
Actualmente se está retocando el texto de la versión 1.2 para que no sea tanto el documento de trabajo que solemos manejar y resulte más asequible a una lectura menos técnica. Cuando Octavio vuelva de Vacaciones, Omar espera someterle una versión preliminar para que le de el primer visto bueno a su criatura remozada y acelerar al máximo el proyecto.
Madre no hay más que una, y cada cual con la suya
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sábado, 4 de agosto de 2012
Hertz destaca que el barón era hombre de costumbres raras, pero pautadas y en cierto modo correctas. Así, durante el día, cuando sus múltiples ocupaciones como gestor de la institución se lo permitían, gustaba frecuentar las diferentes celdas donde se arracimaban los despojos miserables que la locura y la calle habían llevado hasta allí; y al caer la noche, se retiraba a profundizar sus estudios, racaneando horas al sueño en el interior de su inexpugnable laboratorio, donde a veces le atrapaban las primeras luces del alba mientras continuaba trabajando.
De sus largos paseos a pie por los jardines exteriores o por los extensos pasillos aledaños al claustro conventual, también queda constancia escrita, así como de los que realizaba por los bosques y praderas de los alrededores, montado a lomos de su caballo, poco antes de hacer su diaria visita a la capilla. Precisamente, enfatiza Hertz, sus esporádicas ausencias a la santa eucaristía, ponían en evidencia que había temporadas amplias en que se volvía casi invisible, y que venían preludiadas por una paulatina desatención de sus obligaciones con los pacientes y sus semejantes. Pasado un tiempo, y sin que nada se supiera de la razón de sus ausencias, volvía a su rutina diaria como si nada hubiese pasado.
Adán y Eva criaron una variada progenie. Unos fueron bendecidos por Dios, otros tentados por Lucifer. El hombre creció, se multiplicó y se aventuró a tomar las vastas tierras del mundo. Con el tiempo, la palabra del cielo fue quedándose en el fondo del cajón de la memoria. Atareado en su supervivencia, el hombre olvidó a su creador y cayó en el terreno de la superstición. Lo que no sabía era que detrás de esa superstición, de esos panteones de Dioses falsos e ídolos de fútil madera y piedra, se escondía en esencia el Dios que le había dado vida. Lo que no sabía era que su propio olvido hizo que disfrazara a su Padre con otros nombres y otras apariencias. Los mensajeros de Dios, observadores y atentos Arcángeles que en muchas ocasiones se inmiscuían en los asuntos de los hombres, disfrazados bajo la misma carne, también fueron tomados por deidades y alabados en templos. Ese fue el principio del politeísmo, una forma que hasta cierto punto Dios toleraba por serle de utilidad para estar al tanto de los asuntos de los hombres.
Pero Lucifer también estaba atento a tales cosas y, como ángel condenado al destierro antes que el propio hombre, también se buscó un lugar en los panteones de los ignorantes hombres. Y eso no fue del agrado de Dios.
La Herencia
Publicado el
miércoles, 1 de agosto de 2012