De: Patrick Hills
Para: Vincent Calabria
Asunto: Re: Necesito un favor

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Hola Vincent,

perdona que haya tardado un poco en responder a tu mensaje, he estado ocupado con unos asuntos y me ha llevado tiempo averiguar lo que me solicitaste. Creo que tengo lo que quieres, y te advierto que lo que leas puede que no te guste.

El poli tenía razón. He consultado todas las bases de datos oficiales y oficiosas y todas coinciden en que el tal Igor es una mala bestia de cuidado. Es uno de los miembros más temidos y osados del Consorcio, una especie de multinacional del crimen organizado ruso compuesta por células más o menos independientes. Por lo que he podido averiguar, están abriéndose paso por esta región del país sin intención de hacer mucho ruido, pero con muchas ganas de ganar dinero. Saben que Blacksville es un sitio difícil, pero las condiciones fiscales, económicas y geográficas hacen de esta ciudad una perita en dulce para cualquiera (que te lo digan a ti, amigo). 

Al grano. Te preguntarás qué tiene que ver un pez gordo de la mafia rusa con Junior. Yo también me hice la pregunta y tras repasarme docenas de informes policiales, artículos de la prensa y demás documentación de la que poco puedo hablar por aquí (hay oídos por todas partes), puedo asegurar que el fallo de Igor es que su modus operandi es siempre el mismo. Primero sondea el terreno en busca de un punto donde meter las pezuñas. Esa cabeza de playa suele afianzarse gracias al eslabón más débil de una organización ya establecida, como la tuya. Me imagino que ya te verás por dónde van los tiros. Antes de pegar un tiro a la pantalla del ordenador, sigue leyendo.

Para confirmar mis sospechas, decidí hurgar en las cuentas de Junior y ver qué movimientos se habían hecho últimamente. Eso me costó un poco más, pero ya sabes que con un portátil y una conexión a la red hago milagros. A priori nada importante (salvo que el muchacho tiene dos cuentas secretas en Gibraltar de las que nada sabías, a que acierto ;)). Incluidas las cuentas fantasma, metí un programa de extrapolación global y ¡bingo! A base de micromovimientos, Junior ha transferido un total de un millón de dólares americanos a seis cuentas distintas repartidas entre el Banco Metropolitano, el Central Wages y el Southeastern Savings. Hábil, pero no tanto. Un millón de pavos justito, sin un centavo de más o de menos. ¿Casualidad? No creo. 

Así pues, volví a nuestro amigo Igor y rastreé sus datos bancarios. Nada. Este sí que es listo, no usa bancos. Pero el capitalismo siempre deja un rastro. Introduje otra de mis nenas en la red y confeccioné un catálogo de todos los alias conocidos de Igor y sus empresas fantasma. 

Haciendo cuentas, el muy jodido ha invertido el dinero a nombre de muchas personas, físicas y jurídicas, en valores en bolsa e inmobiliarios por una cantidad de… adivina… un millón de dólares. No todo se ha quedado en el país. Quiere comérselo, pero no atragantarse de una tacada. Por si aún quedaban dudas, analicé en profundidad el vídeo que me mandaste. He buscado el modelo de bolsa exacto y me lo he comprado. Me hacía falta, así que no lo incluiré en mis honorarios, tranquilo. Cotejando el material del que está hecha la bolsa y su capacidad de tensión con la imagen de la misma en el video, he llegado a la conclusión de que es más que probable que en ella hubiese el equivalente en peso a un millón de dólares en billetes pequeños. Más coincidencias. Esto empieza a apestar.

Bien, tenemos a Junior que paga un kilo a Igor. Algo no encaja. ¿No debería ser al revés, si es que el ruso quiere poner un pie en Blacksville? Si paga, es que quiere que el ruso le haga algún trabajo o algo antes de permitirle poner los pies en la ciudad, eso te lo dejo a ti. Una coincidencia más para terminar: si mal no recuerdo, Junior tiene a su cargo la zona de los muelles de la familia, concretamente ese en el que tienes una dársena privada que usabas en los tiempos de Ramírez y los colombianos. Pues mira por dónde (no me preguntes cómo lo averiguó), Igor es propietario de un antiguo submarino soviético de clase Akula que el muy cabrón utiliza para hacer transportes de todo tipo a todas partes del mundo, desde drogas hasta cualquier tipo de arma (creo que vendió a los libios cabezas sin uranio de la ex Unión Soviética, pero no me hagas caso, que en los mentideros nunca se sabe). Así que tenemos una dársena y un submarino, dos piezas que encajan muy bien, pero el dinero no.

Dejo que eso lo descubras tú por tus propios medios y espero que esto te sirva. Si de verdad Junior quiere volar solo, no ha escogido la mejor forma de hacerlo y créeme que de veras lo siento. Aquí me tienes para lo que haga falta.

Un abrazo,

Pat

La triste realidad

Publicado el

domingo, 8 de enero de 2012

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