Quien tenga la fortuna de compartir su vida con uno o varios gatos, sabe perfectamente que su comportamiento está sujeto a actitudes incomprensibles para los humanos, que sin embargo forman parte indiscutible de su forma de ser. El Sr. Alfa Mike, creador del denominado Mininos en la sombra, ha sabido trasladar perfectamente esta faceta tan peculiar de los felinos domésticos (comparte vida con un gato, evidentemente), y en una prueba de juego realizada recientemente por el Sr. Alfa Foxtrot, creador de Dogfight, se ha venido a demostrar que trasladar el asunto en cuestión al juego ha sido todo un acierto. 

El Sr. Alfa Foxtrot nos cuenta así lo ocurrido:

23:55. Distrito Financiero. Megacity.

Es una noche oscura y fría, y tres gatos callejeros merodean junto a unos cubos de basura en el callejón adyacente al edifico Pishner & Kauffman, sede de una eminente entidad bancaria de origen alemán.

Los felinos, ajenos a la actividad que se produce dentro del edificio, rebuscan entre los desperdicios cualquier cosa que llame su atención o que suponga una inesperada cena gourmet, mientras una sorda alarma suena en el interior del edificio. Cambio de turno.

Como cada noche, los vigilantes de ambos turnos se dirigen hacia las máquinas de café charlando y dándose palmadas en la espalda. Hablan de la ola de delincuencia  que asola Megacity, de la economía, y por supuesto, del partido de fútbol de esa noche. Pobres humanos…

Al oír la alarma los gatos que jugueteaban en el exterior se detienen en seco. Tras comprobar la seguridad en todos los ángulos, sabedores de que ninguna cámara de seguridad apunta hacia su posición, el más grande de ellos, un Maine Coon de casi 8 kg de peso que responde al nombre de Ursus, extrae de uno de los cubos una escopeta recortada. Keops, un Mau Egipcio experto en comunicaciones, entrega a cada uno de ellos un trasmisor mientras se dirigen ágilmente hacia la puerta trasera de la entidad bancaria. 

Todo perfecto, en menos de un minuto están armados, equipados y en posición.

La misión consiste en sustraer, subrepticiamente, unos documentos archivados en el despacho del director. Bolsillos, un mañoso Persa ducho en el arte de la ganzúa electrónica, va abriendo puerta tras puerta y desactivando alarma tras alarma. La operación, ejecutada con una precisión quirúrgica, transcurre totalmente inadvertida para los vigilantes humanos que, sumidos en sus quehaceres no prestan atención a los movimientos de los sigilosos intrusos.

Tras 10 minutos desde el inicio de la infiltración llegan a su objetivo. Delante de la puerta del despacho del director montan guardia dos enormes perros Pastor Belga de fiero aspecto. Por fin  el enemigo revela su verdadero rostro. Los animales, afines a una organización canina de extrema derecha, son los verdaderos amos y señores del edificio y los guardias de élite que protegen la valiosa información. En realidad no suponen un problema.

Ursus, en un gesto brusco y desafiante encara a los dos guardianes apuntándoles con su ganzúa del calibre 12. Estos, desarmados, empiezan a gruñir fieramente mientras buscan la forma de despedazar a los intrusos.

Mientras Ursus retiene a los canes, Bolsillos y Keops empiezan a trabajar afanosamente en la cerradura de la habitación. El tiempo corre en su contra y deben apresurarse. Apenas llevan unos segundos atacando el sistema de seguridad cuando escuchan a sus espaldas unos sonidos poco propios del momento y definitivamente preocupantes. Se giran esperando lo peor y la realidad supera con creces la ficción.

Ursus se encuentra en una esquina, ajeno a todo lo que ocurre, recostado en una incómoda posición, con una pata elevada hacia el techo mientras acicala compulsivamente sus partes pudendas. La escopeta yace olvidada en el suelo junto a su atareado dueño y los dos gigantescos pastores belgas se aproximan con el pelaje erizado, mostrando aviesas intenciones. 

Los felinos se miran entre ellos y luego al extintor que cuelga de la pared a escasos dos metros  sobre sus cabezas:  ¡Recórcholis, parece que la situación se ha complicado!

Cats & cats

Publicado el

jueves, 11 de noviembre de 2010

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14 Comments
Idoru-X dijo...

¡We3!

Desde luego, un juego de rol sobre gatos sí que puede atraer al público femenino.

Abe dijo...

Hombre, Idoru, si es así, no sabes lo feliz que me haría :-)_

A vuestra disposición, chicas, je, je...

De todas formas, en Mininos un gato debe saber montar un Kalashnikov en 30 segundos con los ojos y las orejas tapados. Un juego femenino... sí, estupendo... todo lo femenina que pudiera ser, digamos, Kara Thrace, por ejemplo X-DDD

A cuidarse, nenas. ;-)

Abe dijo...

De todas formas, la idea de lo que le sucedió a Alfa Foxtrot en su partida, sí partió de una mente femenina. Gracias Eco Mike ;-)

Omar El Kashef dijo...

De acuerdo con Irodu, salvo cuando a la chica no le gusten los gatos, les tenga alergia o, sencillamente, le guste más una caipirinha, en cuyo caso el señor Alfa Mike tendría que elaborar un juego de coctelería para atraer al público femenino XD XD

Idoru-X dijo...

Bueno, siempre se puede hacer una adaptación tipo "Sueño de un millar de gatos".

JJ dijo...

Maui pregunta si por fin tendrá un papel estelar como el famoso Mac Gyver pero en versión gatuno. Es un as con las herramientas y las situaciones inverosímiles :)))

Claudio dijo...

¿Como no se va a adorar a los gatos? Lovecraft, carroll, Lincol, Tesla, Newton los adoraban (Este último, además de formular la teoría de la gravedad, inventó la puerta para gatos) son ejemplos de amantes de los gatos... Hitler los odiaba. No solo le gusta a las mujeres; soy hombre y me encantan los gatos: Son el misterio, la noche, la elegancia.... jejeje buena idea utilizar mininos como pjs. Pienso lo mismo desde que leí cancion "la canción del cazarrabo" de Tad Williams

Abe dijo...

Hombreeeee CSense!!!! Maui ha inspirado el juego. De hecho, sale en la dedicatoria.

Pues sí, Claudio, ese es el encanto de los gatos. No hay más que leer las tiras de Garfield.

XDDD

alberto_orco dijo...

Yo, de hecho, tengo dos.

Uno negro y otro blanco que, por cierto, vienen siendo el reverso del ying yang.

El blanco es un cabronazo y el negro una dulzura......

Por cierto. El juego es un juegazo.

Francisco Bravo (Bulldozzzer) dijo...

Estooo, ¿son gatos gatos, o gatos humanoides?. Es que lo de manipular cosas con las garras no lo he pillado.

Abe dijo...

Hola Bulldozzzer, pues son gatos, gatos de verdad, cuatro patas, un rabo, orejas en punta, etc... nada de gatos humanoides. :-)

Sobre manipular objetos con garras, bien, puede parecer raro pero cuando has visto lo que -de verdad- puede hacer un gato con sus garras, te das cuenta de que los dedos no son imprescindibles para evolucionar en este planeta XDDD Son mucho más hábiles de lo que nos imaginamos, por ponerte un ejemplo, pueden pinchar los guisantes de un plato, de uno en uno con una uña, y estoy hablando de algo que he visto.

Por otra parte, es un juego de rol, nada más, y encima de coña así que no he sido muy exigente con el realismo del juego.

Alberto, majete, gracias colega, espero que a tus gatos les guste también. ¡Ah! y no es por devolverte el cumplido pero Dogfight ME-MO-RA-BLE.

alberto_orco dijo...

Abrir cajones, cremalleras, puertas correderas, quitarle la válvula al oxigenador de la pecera para que salgan más burbujas....

Mi gato blanco sabe donde se encienden la PS3 y la Tassimo que tengo y las enciende porque le hace gracia el ruido que hacen...

Me alegro de que te guste Dogfight Abe.

Crearlo fue como parir un niño gordo y cabezón... XD XD XD

Francisco Bravo (Bulldozzzer) dijo...

okis

:)

tomassino dijo...

y que opinan en boulder de todo esto?