Una de las muchas maneras de ganarse la vida como mutante que va por libre
es la delincuencia, especialmente si se trata de alguien que haya sido
entrenado por una organización como Heracles. Los que decidan marchar
por este camino tendrán que enfrentarse a un hecho incontestable: cuanto
más espectaculares o lucrativas sean sus actividades, antes terminarán
atrayendo la atención de un Servicio M. Tal vez la solución radique en
no abusar de la suerte y actuar solo esporádicamente pero… ¿Cómo
resistirse a la tentación. Cómo olvidar las descargas de adrenalina en
medio de la noche?
Quienes elijan este destino deberán estar preparados para enfrentarse a los Mutantes Libres,
a los Servicios M, a las fuerzas del orden y la ley, y a otros
delincuentes que les perciban como competidores en potencia. Ante
semejante panorama, quizás la opción mas sabia sea la de buscar algún
tipo de protección. El mundo está lleno de sindicatos criminales de todo
tipo y condición. Los líderes de algunos de ellos conocen la existencia
del fenómeno M y se debatirán entre el beneficio que pueda
reportar mantener a un mutante entre sus filas o las enormes ventajas
que estarían a su alcance si se lo entregasen a un Servicio M…
La Cosa Nostra
La Mafia es, tanto en su vertiente original siciliana como en la americana, la organización criminal más glamurosa que existe. No sólo la misma palabra «mafia» ha pasado a significar cualquier sindicato delictivo, si no que sus usos y rituales forman parte de la cultura popular. El concepto clave en la Mafia es la omertà o código de silencio, aunque en las ultimas década ha habido tantos casos de arrepentidos que han delatado a sus antiguos camaradas, que el término ha perdido mucho prestigio y buena parte de su significado.
La organización tradicional de la Cosa Nostra es completamente piramidal. La unidad más grande es la Familia (famiglia), dirigida por un Don cuya mano derecha es el Consigliere (consejero). Él es quien se encarga de mediar en las disputas y de dirigir los asuntos puramente económicos. Las operaciones reales a pie de calle las realizan los Soldati o soldados, agrupados en Regimi (Crews en la versión americana) y dirigidos por un Caporegime. Entre la base y la cúpula puede haber otros niveles intermedios de jerarquía, en función del tamaño de la familia. El sistema está diseñado para que la caída de un nivel no arrastre al que se sitúa por encima: los jefes no dan instrucciones directas y se cuidan muy mucho de involucrarse en crímenes específicos para no comprometer su seguridad. Todo el mundo debe pasar una comisión del dinero que generen sus actividades al escalón superior, hasta llegar al Don.
Por encima de todas las familias, existe una especia de dirección colegiada. Los Capos de cada familia se reúnen y deciden quién será el Capo di Tutti Capi. Su puesto tiene mucho de honorífico y consiste principalmente en servir como mediador en caso de conflicto.
Sobre el papel, sólo puede entrarse en la Mafia como miembro de pleno derecho si tanto el padre como la madre del candidato son sicilianos. En los últimos años, en la rama estadounidense, la justicia les ha golpeado con tal fuerza que basta con que sólo uno de los progenitores sea de origen italiano, no necesariamente de Sicilia. Cuando se abren los libros, el nuevo soldado pasa por una ceremonia iniciática y se convierte en un amigo de los nuestros —un hombre hecho, un tío conectado, un wiseguy—. Por debajo de los mafiosi se encuentran los asociados, raterillos de poca monta que pasan una comisión a los soldati a cambio de protección y con la esperanza de ser promovidos algún día.
Sólo los más altos cargos de las
familias más importantes conocen el fenómeno M. A menudo tendrán,
incluso, conexiones con el A.K.R.A. o con algún otro servicio. Estos
contactos pueden venir de muy atrás, como cuando el viejo C.D.F.C.
utilizó a la familia Gambino para acabar con J.F.K. o la Lucchese para
frustrar los intentos de asesinato de Fidel Castro por parte de la
C.I.A. En fin, es una larga historia.
Para un
Don con conexiones, un mutante constituye un bocado exquisito con el cual alimentar sus relaciones con el mundo de la sombra.
Un M tendría que
ser increíblemente hábil para ponerse en una situación que haga que a
la familia no le merezca la pena venderlo o intercambiarlo. La otra
alternativa sería la vía de la discreción. Si nadie sabe que tienes
poderes… La tercera posibilidad es que un Don ambicioso trace su propio
plan para emplear a un M. Las posibilidades son infinitas, pero cuando
caduque la utilidad del agente, su futuro quedará comprometido una vez
más.
Por debajo del nivel
Don/Consigliere, los M no son más que una leyenda urbana. Es complicado
que los libros lleguen a abrirse para un mutante, pero no imposible. Se
han dado casos...
4 Comments
Parece que un mutante libre tiene tantas posibilidades de palmar como de vivir a lo grande...
Así no se aburren :p
¡¡Vaya, vaya!!.... Gran idea esta de mezclar Mutantes con el mundo del hampa... Ha sido leer el post y las ideas han empezado a bullir en mi mente...
Gracias por mantener vivo el mejor Juego de Rol (con mayúsculas) español.
¿Mutantes en Blacksville? ¿Crossovereando? XDDD
Publicar un comentario