Las tiradas Normales de Supervivencia o Difíciles de Percepción permitirán a los PJ orientarse en la niebla, espesa y fría, cargada de ominosos olores arrastrados desde los pantanos. Al cabo de media hora de frío glacial los PJ podrán enfilar el camino de barro, surcado por rodadas muy recientes. Hay que hacer hincapié en lo desapacible y peligroso de andar por los páramos de noche, en el peligro del frío y la humedad (hacer tiradas de Vigor en Lioso para evitar un catarro) y en el riesgo de pérdida que supone deambular por las ciénagas, las arenas movedizas, los bosquecillos y los brezales entre jirones de neblina y oscuridad nocturna. De manera que en un momento determinado Courbow Hall debe aparecer como una isla en un naufragio, como un apreciable reducto de calor y civilización en medio de la noche gélida de Exmoor.

Como digo, la vieja mansión está a una milla de la carretera, y se une a ella por un antiguo camino de barro flanqueado a trozos por raquíticos tejos. Un potente foco amarillento está colgado de la puerta principal de la casa, pero su luz se difumina tanto entre la niebla que apenas llega a trazar la desvahída silueta oscura y ominosa, que no será visible hasta que no estén a cincuenta metros escasos de la fachada. El camino viene a desembocar en una explanada de barro, que ahora está ocupada por cierto número de coches, todos, sin ser de lujo, bastante caros y con matrículas de Londres. La puerta, alumbrada por el foco amarillo, es un vano no muy alto, de unos dos metros, con hojas de madera oscura y tachonada de hierro negro, y está rodeada de arquivoltas ojivales de piedra, góticas, que en su punta muestran un escudo grabado en piedra. El escudo representa una especie de muralla o castillo coronado por un yelmo, y, en letras góticas (tirada de Conocimientos en Difícil, o de Historia o Historia de los Objetos en Normal) dice Courtboise.

Mientras están explorando los alrededores de la casa, o por lo menos su fachada, oirán unos pasos detrás suyo, cuando se vuelvan, desde la niebla, oirán una voz “¡quietos! ¿quiénes son ustedes?” y una figura alta y delgada se les acercará haciéndose visible, mientras les apunta con una escopeta de caza. Supongo que los PJ se apresurarán a dar todo tipo de excusas y explicaciones, mientras el hombre les encañona con el arma; se trata de un individuo alto y delgado, de rasgos afilados y piel bastante oscura, que esconde sus facciones detrás de un poblado mostacho negro. A medida que los PJ vayan dando sus razones aparecerá detrás del hombre otra figura, algo más baja, de una mujer de mediana edad elegantemente vestida. Dará una orden «Ismuddin, ya basta, deja que se acerquen... por favor, (caballeros y/o señoras) espero que sepan disculpar esta reacción tan... salida de tono, pero son las desventajas de vivir aislado: uno acaba por desconfiar de cualquier desconocido.»

La mujer se presentará como Lady Joan Courbow, la dueña de la casa que están viendo, y tendrá mucho gusto en darles alojamiento esa noche. Les introducirá en la casa, y les contará que tiene por costumbre, el día de su cumpleaños, dar una cena a algunos amigos íntimos, cuyos automóviles habrán podido ver aparcados a la entrada de la casa. Los PJ no estaban invitados, pero será un placer sentarlos a la mesa y albergarlos esa noche, la casa es enorme y hay habitaciones de sobra. En cuanto a Ismuddin, es una especie de sirviente de la casa que vive con su esposa, Fátima, son paquistaníes, y cuidan del enorme caserón, junto a la propia Lady Courbow y a Bridget, la cocinera. Ellos alojarán a los PJ. Si estos insistieran en no pasar la noche en la casa, la señora encargaría a Ismuddin que proporcionara a los PJ algunos litros de gasolina, suficientes para llegar a Dulverton, pero les rogaría que se quedarán a cenar. Mientras prepara los aposentos o la gasolina, y se termina de hacer la cena, el mayordomo conducirá a los PJ a una salita de fumar donde una chimenea encendida da luz y calor. La habitación está decorada con antiguos muebles y alfombras, trofeos de caza, algunos viejos cuadros de ilustres antepasados, y viejos estandartes del Real Regimiento de Artillería de Exmoor, en el que sirvió Lord Courbow de joven en la India.

Courbow Hall es una viejísima construcción en piedra de dos plantas, iniciada en el siglo XII en estilo románico pero principalmente gótica. De todas formas se superponen en ella elementos de muchas y muy diferentes épocas, porque como orgullosamente dice Lady Courbow, siempre hubo un Lord Courbow para ocuparla, desde Guillermo el Conquistador... hasta ahora, reconocerá con untriste suspiro. La casa cuenta con un anexo de ladrillo gris rojizo bastante moderno a la derecha, ahora ocupado por lo que fueron establos y granero, y la puerta principal que hemos descrito está cubierta, como buena parte de la fachada, por hiedra y musgo acumulador durante siglos. Las ventanas que dislocan el austero lienzo de piedra son largas y estrechas, repartidas a intervalos regulares, como las saeteras de un castillo, y un inclinado techo de pizarra cubre la construcción entera, salvo el anexo de ladrillo que tiene la cubierta tejada y forrada de suave y húmedo verdín. Por dentro la casa tiene los tabiques gruesos, de piedra o de ladrillo viejo y duro, con poderosas vigas de madera de haya, y todo en un excelente estado de conservación, como corresponde a una familia que lleva ochocientos años sin pasar apuros económicos. Un montón de tesoros adornan la casa: la entrada está decorada con un romántico retrato decimonónico del semilegendario fundador de la familia, como recordará con desgana Lady Courbow si se le pregunta, Guilliom Courtboise, el escudero normando que prestó a Guillermo el Conquistador su caballo, cuando en la batalla de Hastings éste fue derribado por la infantería sajona, y durante unos minutos que pudieron cambiar la historia, pareció que los caballeros normandos se desbandaban sin jefe que los gobernara. Más cuadros cuelgan de las paredes, y recuerdos exóticos de la India, donde los Courbow fueron a servir al rey durante ciento cincuenta años, entre la oficialidad del Real Regimiento de Artillería de Exmoor. Los muebles por lo demás son antiguos y el estilo de la casa siempre severo y clásico, salvo por las excéntricas reminiscencias asiáticas, la casa entera parece rezumar un aroma entre viejo y cansado, como a humedad, cera para muebles y aceite de armaduras. Si el momento no fuera tan comprometido para los PJ, sería un excelente sitio para pasar unos agradables días junto al Parque Nacional de Exmoor.

Si algún PJ consigue una tirada de Conocimientos Complicada, recordará que un tal Lord Arthur Joseph Courbow, el difunto dueño de la mansión, y último Lord Courbow, fue diputado conservador por Dulverton, hace bastantes años, y que lideraba el ala más dura del partido. De hecho podría haberle llegado a disputar a Margaret Thatcher el liderazgo tory a principios de los ochenta, si un infortunado infarto no hubiera segado inoportunamente su vida en el año 81, cuando contaba unos sesenta. En la biblioteca hallarán confirmación de tal cosa en forma de fotografías del fallecido Lord Courbow con distinguidos representantes de la política nacional e internacional: apoyo a Ronald Reagan en las presidenciales del 80, el cumpleaños de la reina, el rey Fahd de Arabia Saudí, Menahem Beguin, Presidente del Gobierno de Israel, y Ariel Sharon, todavía general del Ejercito Israelí, una entrega de Premios Nobel... en definitiva, que fue todo un personaje.
 
De Courbow (Ragnarok).

Una dama elegante

Publicado el

sábado, 4 de febrero de 2012

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5 Comments
Abe dijo...

¿De dónde cojones has sacado esto?

Ludotecnia dijo...

XDDDD De ADELITA 1/2 ;)

Abrazotes

Jose

Virginia dijo...

Me encanta!

Omar El Kashef dijo...

Es uno de los textos más evocadores que he leído en relación con un juego de rol. ¿A quién hay que echarle la culpa? XD

Abe dijo...

Evidentemente, a Adelita, que si se fuera con otro, con hundiría en la miseria.