Berig el Osado (Baltha, en la lengua de los godos) era mariscal en la corte de Soger del Ojo de Plata y la segunda persona más importante del reino élfico de Escanza. Su hija, Swandrûn, era la más bella de las damas de la corte de Soger y estaba prometida con el hijo del rey, Haulf, pero éste cayó prendado de Roswintha, princesa de los hérulos y rehén en la corte de Soger.

Haulf rompió el compromiso y Berig, humillado al ver a Swandrûn rechazada por una humana, empezó a preparar una rebelión contra Soger. Soger del Ojo de Plata, más sabio que su vástago, pagó una cuantiosa indemnización a Berig pero le obligó a gozarla fuera de los límites de su reino. Berig cruzó el mar junto a sus deudos y familiares. Como se sentía el ofendido y el que siempre obró con rectitud, a su gente los llamó guthan, o godos, que quiere decir, los buenos.

Berig Baltha fundó un reino en la orilla sur del mar Suévico, en el país que llamó Gotiscanza, la Escanza de los godos, pero murió peleando contra las tribus de humanos germanos que allí habitaban, azuzados por Atanabarno, padre de Roswintha y rey de los hérulos. Ermanareiks, hijo de Berig, tomó la corona de la tribu, reclamando para su estirpe el apellido de Baltha que tan orgullosamente se había ganado su padre luchando contra los trawlas y otros horrores de la helada Hiperbórea y reunió consigo un gran número de clanes y tribus que habitaban en la región, y él y sus elfos acabaron siendo una élite noble que gobernaba sobre una nación principalmente humana. Al crecer, los godos tuvieron que buscar nuevas tierras; además, por aquella época empeoraron los inviernos y las cosechas empezaron a ser malas. Entonces no se sabía por qué, pero muchos años después quedó claro que algún maligno poder preparaba el terreno a los hunos desde las nieves y las noches eternas de Hiperbórea.

Ermanareiks y su pueblo vagaron por Germania y Sarmacia hasta asentarse en la orilla septentrional del Ponto y allí fundo el reino élfico de Oium. Su gente se dividió en dos ramas, los tervingios, que quiere decir, habitantes de los bosques, al oeste, y los greutungos, esto es, habitantes de las llanuras, al este. El reino de Oium alcanzó gran poder y prestigio y muchos reinos y señoríos menores, élficos y bárbaros, se sometieron al poder de Ermanareiks y sus godos.

Sin embargo, desde oriente los hunos cayeron sobre los sármatas alanos a mediados del siglo IV, más allá de la laguna Meótide, y sometieron a muchos de sus clanes. Los alanos huyeron a occidente e invadieron los territorios de los godos greutungos, que habitaban junto al Tanais y éstos, al huir, empujaron a sus hermanos, los godos tervingios, hacia el Danubio. Más allá del Danubio, estaba Roma.

De D.

El viaje del Balto

Publicado el

sábado, 1 de septiembre de 2012

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2 Comments
Deka Black dijo...

Interesante saga. pero hay tanto lio de nombres que no me aclaro. ¿Se ha buscado narrarlo al estilo de las sagas nórdicas?

Ramón Domingo dijo...

Es la historia mitica de los Godos,aunque no veo por ningun lugar a Ulfilas y la conversion al arrianismo. Seguramente se lo cargaron los elfos por pelmazo