Alberto y Omar vuelven a trabajar en equipo para elaborar 18th Amendment, el juego que llevará en sus entrañas las magníficas ilustraciones de Sergio Camarena, nuestro flamante ganador del Cazatalentos ’12 en dicha modalidad. La directriz editorial fue deliberadamente amplia en su enfoque, para que tanto ilustrador como autores se sintieran con la libertad creativa suficiente como para acometer la tarea sin alejarse del medio en el que se sintiesen más cómodos: «concepto narrativo alusivo a la lucha contra los gánsteres en el Chicago de Eliot Ness y sus Intocables».
Teníamos claro, pues, que queríamos que la acción transcurriese durante los años de la Prohibición en Estados Unidos, bajo el manto de la Ley Volstead y la decimoctava enmienda que perseguían la producción y el consumo de alcohol en todo el territorio nacional; a partir de ahí todo era posible. En esta ocasión quisimos que el tradicional discurrir de la inspiración se invirtiese. En vez de que Sergio se impregnara de un texto para su obra, sería el texto el que llevaría consigo la estética general del trabajo gráfico. Las ilustraciones de Sergio transmiten una oscuridad y una atmósfera borrosa que dan empaque y carácter a todas las situaciones que plasman, un tono duro, bronco, despiadado, que enseguida encendió la bombilla de Omar, ideólogo y perpetrador de la parte más narrativa de 18th Amendment.
Pero ¿por qué irse al Chicago de los años 20 y 30, si Blacksville tiene un pasado tan digno o más de la Historia de la Prohibición? Ha sido demasiado tentadora la posibilidad de crear un retro-spin off de uno de los títulos que constituirán nuestra línea media (Blacksville), y Omar se ha zambullido en la exploración de aquellos intensos años en esta ciudad imaginaria, donde las gabardinas y las Tommys son apenas la punta de un iceberg de intereses y pasiones oscuras. ¿Por qué presentar a los personajes como los Intocables de Ness, cuando podrían ser mucho más reales, más creíbles y corruptibles? 18th Amendment se ha convertido en una historia de antihéroes, de descastados que deberán combatir a las mafias más poderosas de la ciudad, manejados con las cuerdas de poderes que les superan y que tienen su propia agenda.
Alberto, por su parte, ha diseñado una variante de Madre que da la enésima vuelta a los conceptos básicos del sistema, apostando por la inmediatez la fluidez de procesos. Enfoque clásico en el emparejamiento de atributos y habilidades, con el toque de que el atributo no suma, sino que marca el umbral de dificultad. Un sistema de combate rápido en el que la tirada de ataque indica el grado de acierto o fracaso, el daño y la necesidad o no de recargar, así como la probabilidad de encasquillamiento. Ha echado mano de su extenso conocimiento de las armas de fuego y ha elaborado una lista con los juguetes más atractivos del momento, proporcionando al jugador un interesante abanico con el que equipar a su personaje para una aventura de época llena de dureza, violencia y ninguna promesa de ver un nuevo día.
18th Amendment está, a fecha de hoy, escrito en un 45%, pero el ritmo de trabajo, según nos cuentan, es intenso. El sistema está prácticamente perfilado y sólo falta atar bien el trasfondo del Blacksville de los años 20. Si el recuento de palabras lo permite, habrá un apartado de vehículos de época y las correspondientes reglas de uso y persecución. El reto de los autores es doble: rendir justo homenaje a las ilustraciones de Sergio y sacar todo el petróleo posible a las 25.000 palabras de un Cliffhanger.
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En 4 letras: MOLA
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