El pasado 1 de octubre celebrábamos en la intimidad nuestro primer año de vida como blog. Y lo hacíamos como hacemos todo, un poco a nuestra manera.

Alberto, por ejemplo, acarició la hora mágica esperando que nuestro editor contestara un mensaje emitido el jueves pasado, que por azares de la tecnología llegaría al teléfono rojo allá como siete horas después de la cita convenida, el sábado por la tarde, vamos.

Abelardo... Bueno, lo de Abe mejor no lo desvelamos. 

Juan, en la intimidad más dulce que se puede imaginar, porque tras meses de separación obligada, nuestro contacto en Polonia venía a pasar unos días con él, y ya se sabe lo que sucede cuando ocurren estas cosas...

Igor lo celebraba maldiciendo que Herr Doktor no coja el teléfono cuando llama. Bernardo, esperando a ver en qué queda lo del Ragnarok. J&F, dando salida a sus últimos pedidos de figuritas pintadas. Josu, leyendo a Benedetti. Antonio esperando buscar un hueco para dar salida a lo que tiene en la cabeza. Javi, con Elena, como de costumbre. Tibe, esperando que Roma entre en imprenta. Paco, resolviendo los problemas de logística que le pasa el boss, mientras se preparaba para ejercer de padrazo durante el fin de semana. Oliver, de farra, para qué vamos a engañarnos aunque diga que ha estado escribiendo Auros. Octavio, disfrutando de esos libros ilustrados que le gustan tanto tras un más que merecido descanso. Manu, pensando en qué hacer para que no se note demasiado que trabaja para Ludotecnia. Koke, escribiendo esas cosas que sólo sabe escribir él...

De los dibujantes ni hablamos. Sólo se les llama para salir de los aprietos y están un poco jodidos porque en el concurso de ilustración que en unos días hará público nuestra editorial, no van a poder intervenir por ser miembros de la casa.

Y Omar... Omar, bueno, celebró el 1 de octubre recordando una conversación que tuvo con Jose en la madrileña calle de Callao hace un puñado de años, en la cual, el tipo que dirige todo esto y que anda ahora surcando la estratosfera, le dijo entre Coca-Cola y Coca-Cola, que asumir integrarse en el proyecto editorial más añejo de nuestro puñetero país, conlleva siempre grandes dosis de incomprensión, de piedras, de puertas que se cierran, y de amigos que te vuelven la espalda...

Un año ya... ¡Habrá que celebrarlo, no?

En la intimidad

Publicado el

martes, 4 de octubre de 2011

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5 Comments
Tremandur dijo...

Pues si, hay que celebrarlo :)

Felicidades!!

alberto_orco dijo...

Comprate un móvil de verdad, cabronazo... XD XD XD

O paga la factura religiosamente :P

A, por cierto, felicidades!!!!!!!!!!!!!

Omar El Kashef dijo...

¿Un año ya? Madre, como pasa el tiempo.

Me acuerdo perfectamente de esa conversación y puedo decir que no engañas a quien está a punto de subirse al Celacanto. Con diferencias y todo, puedo decir que cada día pasado, cada alegría sentida y cada palo sufrido han merecido la pena ;)

Delfos dijo...

EEEEEEH! Ou...

¡Felicidades!

J. Cuadrado F. dijo...

Como para acordarme de aniversarios estoy yo. X-DDDD