La ola de desapariciones precedió al estallido como la calma a la tempestad. En lugares tan dispares como colonias embrionarias, asentamientos afianzados, estaciones orbitales, naves espaciales y a saber qué más sitios, la gente empezó a desaparecer, así de sencillo. Más tarde supimos de la nefasta coincidencia en el tiempo de estas desapariciones, pero mientras ocurrían, las autoridades locales no se imaginaban lo que se les iba a venir encima. Ahora sabemos que entre las desapariciones y la eclosión transcurre una media de una semana. En algunos casos puede prolongarse hasta diez días, pero el proceso es escalofriantemente rápido.
Al principio los informes eran
muy confusos. Se hablaba del descubrimiento de seres alienígenas autóctonos en
mundos distantes, una especie muy agresiva y escurridiza, pero no tardamos
mucho en darnos cuenta de que las características descritas eran muy similares
en casos que distaban decenas de años luz unos de otros. O la madre naturaleza
se había confabulado contra la humanidad, o esos seres habían llegado de alguna
parte a esos sitios casi a la vez. Huelga decir que las bodegas de carga de una
nave no son el ecosistema ideal para que se desarrolle una forma de vida desde
cero, pero no es la primera vez que estas criaturas desafían los mismos cimientos del sentido común.
El patrón era el mismo en todas partes. Desapariciones progresivas y pérdida de comunicación. A veces da tiempo a lanzar una llamada de alerta, pero casi siempre ya es demasiado tarde. En el mejor de los casos, algún superviviente conseguía escapar y relatar hechos escalofriantes: seres alienígenas cuya única motivación era la matanza y la expansión, inasequibles a la razón, despiadados y capaces de desplegar una inteligencia animal asombrosa para hacerse con un entorno… Cualquier entorno. En todos los casos las descripciones de los seres resultaban abrumadoramente coincidentes en su morfotipo básico y su modus operandi, aunque no son todos iguales y no actúan del mismo modo.
El Departamento de I+D+I de la División Tecnológica del Conglomerado no tardó en asociar este estallido alienígena
al Incidente Tifón. La expansión de la carga rapiñada en el naufragio a manos
de carroñeros y contrabandistas era la única explicación posible a su aparición
casi simultánea en enclaves tan distantes y dispares del espacio humano. El
problema era que ni siquiera en los archivos de las instancias oficiales del
Conglomerado constaba qué contenía exactamente el carguero, pero estaba claro
que las muestras xenobiológicas tenían mucho que ver con el estallido.
De Xenomorfos, de Omar El-Kashef.
13 Comments
Interesante... ¿formará parte de algún cliffhanger?
PD: ahora que me fijo... la imagen es de "Horizonte Final"... muy interesante jejeje
Sí, es un cliffhanger :) Una de las tres patas del universo del Conglomerado (Piratas del vacío, Omega Corps), que estamos elaborando Alberto Fernández y yo.
(/modo Homer babeando on)
Aaaaggggaaagggrrrhhh
(/modo Homer babeando off)
Pues nada, otros más para la saca... XD XD XD
Como es lógico, este lo espero con unas ganas locas :D
Nada que un pirata y su rifle no puedan solucionar.
;)
— Repetid conmigo: XE-NO-MOR...
¡¡RATATATATAAAAA!! ¡¡PAÑUM!! ¡¡KABUUUUM!!
- Repite eso.
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¿Fecha de lanzamiento? :P
Próximamente XD XD
Una de las propuestas más viscosas pero sabrosas de la serie Cliffhanger (xD). Como dice Alberto, nada que un buen pirata no pueda fusilar amablemente xD.
El problema que le veo a esa teoría es que la munición es un concepto finito, y en pelotas, un xeno es infinitamente más jodido (y sexy) que un pirata, las cosas como son XD
Y que UNA pirata?????
Vale, ésa es más sexy, pero moriría igual :p
¿Quién ha hablado de munición? Yo me refería a sexo entre especies. ¡Degenerados!
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