Paltrow, analista; un buen cerebro encerrado en una cabeza grande sobre un cuerpo rechoncho de medianas dimensiones pero que rebosaba juventud. Él, un enigma. Los dos atrapados en el pequeño espacio, junto al Basset Hound, intentando conocerse.

—¿Cómo ha ido la experiencia?

La experiencia no ha ido ni bien ni mal, simplemente había comenzado; el dispositivo había llegado a Francia por la mañana y aún era temprano para sacar conclusiones. Déjele hacer, es un experto, pero tenga cuidado Charlie, se puede evaporar de la misma forma que un pedazo de hielo en una sartén al fuego... En cuanto pueda le envío a Essex, haga el trabajo preliminar y prepárele el camino a Dan...

—¿Qué busca Douglas?

—Brideshead trata de atar cabos que nos permitan aclarar el territorio que pisamos...

Un anciano adorable era lo que parecía allí quieto, con la copa de brandy en las manos y el perro a los pies, rodeado de objetos que valían una fortuna, hundido en un sillón que se ajustaba como un guante a su corpulencia. Pero por el amor de dios, no baje nunca la guardia... 

—¿Conoce a Brideshead? —mitad pregunta mitad afirmación, Charlie trataba de localizar la razón que le obligaba a permanecer sentado y no salir corriendo.

—¿No le ha dicho Douglas qué relación existe entre nosotros? —No, no se lo había dicho, únicamente lo había descrito como una peligrosa pieza clave—. A nuestra edad la amistad carece de valor, es un intangible; sí, un intangible, podríamos definirla así. Digamos que Douglas y yo somos viejos amigos, aunque preferiría que viera en ello el residuo de una gran camaradería. Sí, creo que es más exacto decir que seguimos siendo buenos camaradas... ¿Le ha prevenido acaso?

—Oh, no, no lo ha hecho —los dos sabían que sí—. Hablamos poco de usted y mucho de lo que está pasando...

—¿Y qué está ocurriendo que obliga a Douglas a traerle aquí a horas tan intempestivas? —Su aspecto venerable, ligeramente desordenado y bohemio, suponía una garantía moderada para Paltrow. En apariencia ingenuo, vulnerable, descuidado, los demonios veladamente dibujados por Brideshead todavía no habían salido a la luz pero sentía que estaban allí, tras aquellos ojillos grises y la sonrisa bien dibujada bajo el bigote gris arreglado por la mañana. Nunca deje una de sus preguntas sin contestar, y tenga cuidado con lo que dice. Sé que es difícil hijo. Usted hará las preguntas pero quien le estará interrogando será él, y sin descanso. Tiene que intentarlo hasta que llegue Essex...

De Mutantes 3.

Hasta que llegue Essex

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lunes, 21 de enero de 2013

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