La duda, esa amiga íntima del veneno, se ha maquillado y puesto de largo
para entrar en acción, en cuanto han asomado las primeras muestras de
que los sueños del enemigo tenían menos de ensoñación de lo que uno
sospechaba y afirmaba en los corrillos, quién sabe si para para sacar un
poco de pecho entre los colegas y olvidar así lo minúsculos que somos
todos.
Va en la naturaleza humana. Somos pobres de espíritu, tanto como para endosar al contrario nuestras propias miserias, de manera que si éste por fortuna resucita de entre los muertos, de esa estantería donde lo pusimos, con la duda en la mano podremos negar cualquier evidencia de vida hasta que no corra y venza en una maratón o no alcance a posar sus pies sobre la luna, logros a todas luces al alcance de cualquiera. [Leer más]
Va en la naturaleza humana. Somos pobres de espíritu, tanto como para endosar al contrario nuestras propias miserias, de manera que si éste por fortuna resucita de entre los muertos, de esa estantería donde lo pusimos, con la duda en la mano podremos negar cualquier evidencia de vida hasta que no corra y venza en una maratón o no alcance a posar sus pies sobre la luna, logros a todas luces al alcance de cualquiera. [Leer más]
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