El gran Woody Allen acuñó aquello de que al tratar de complacer a todo el mundo perdemos enfoque, lo que es muy común que nos ocurra a menudo.
Viene a cuento ésto a cuenta de que en las últimas semanas estamos recibiendo muchos apoyos a nuestro trabajo y algunas recomendaciones para mejorarlo, lo que siempre es de agradecer, pero así y todo, al respecto de las segundas, se me hace necesario hacer algunas matizaciones precisamente para que no se pierda el enfoque que pretendemos con Cliffhanger, ya que nuestra colección pequeña, menuda o como queráis definirla, es ante todo una obra de autores, de gente que se siente con la libertad suficiente como para dar rienda suelta a sus ideas en el pequeño espacio que ponemos a su disposición.
Los hay que basculan entre entre lo clasico y lo novedoso, quienes hacen gala de la libertad que les prestamos para ser literalmente creativos, o para explorar el reglamento o plantear nuevas ideas, en todo caso, y este es un punto que me gustaría ensalzar como editor, de momento, y juro que seguimos perseverando en ello, todos se sienten tremendamente a gusto con las premisas que tanto la coordinación como la jefatura, hemos establecido como baremo para la colección.
Así, los ilustradores, diseñadores puros y autores literarios que colaboran con nosotros, han entendido perfectamente de qué va eso de meter un juego en 25.000 palabras o en 5 viñetas. Son las lindes marcadas por los cuadernillos, por el formato físico del libro, en las que tienen que dar rienda suelta a su creatividad. Una creatividad que respetamos (ellos lo saben) con una pulcritud y esmero en cierto modo inusual en estos lares, que les pone en el lugar que se merecen, bajo los focos, y en el que les ayudamos a mejorar la postura o el modo de interpretación, pero en todo caso, respetando su forma de concebir el mundo en que se desenvuelven, entre otras cosas, porque para algo hemos llamado a su puerta.
Dicho esto, tengo que afirmar tajantemente como responsable, y como hice hace mucho, sea dicho de paso, que cada Cliffhanger, por muy pequeño que os parezca o muy barato que resulte en el mercado, contiene un mundo que tratamos en Ludotecnia como si fuese un libro de 300 páginas. Ésa era nuestra apuesta y la sigue siendo y seguirá estando en nuestro horizonte, de manera que os pido que entendáis que si en ellos se echan en falta algunas cosas, asumáis al menos que que como afición hemos evolucionado (tal vez deberíamos decir: haberlo hecho) en los casi 30 años que llevamos vivos, si acaso no tanto como para comprender que un ilustrador o ilustradora reciban un texto y lo manejen e interpreten a su modo y manera sin que nadie les diga cómo deberían hacerlo, sí lo suficiente como para comprender que cada autor entiende los Juegos de Rol bajo el prisma de su propia experiencia.
En este sentido, las 25.000 palabras de cada Cliffhanger no son una traba ni una brida impuesta, sino un contexto en el que cada cual se expresa como le apetece, en un tú a tú totalmente responsable con el destinatario, en el que lo importante es ser motor de ideas y no vagón de cola de un mundillo, el nuestro, en el que de tanto esquema convencional y tradicional como existe, no hay bicho viviente que respire.
2 Comments
Doy fe. Me quedé mas que a gusto cobn 25000 palabras
Buenas. En mi caso, reconozco que el formato Cliffhanger me ha encantado. De momento tengo el “Gañanes” y el “Dogfight”, pero espero hacerme con alguno más en breve. En cuanto a jugarlos, la semana pasada estrené el “Dogfight” y fue un exitazo. Solo dirigí a un jugador una partida prácticamente improvisada, pero fue un rato realmente divertido y que duró unas dos horas y media (perfecto para los que tenemos poco tiempo para organizar las partidas y para dedicar a las sesiones).
Felicito al autor, Alberto, por el trabajo realizado y le confirmo el éxito de su obra en mi grupo: el lunes he quedado con otros dos jugadores para crearles sendos PJs de la Fuerza Aérea Imperial alemana…..Continuará.
Un saludo.
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