Hacía mucho tiempo que no tratábamos el asunto de la ambientación musical para nuestros libros, y con Saqueadores de Tumbas todavía calentito, lo retomamos porque la ocasión la pintan calva, ya que aunque pueda parecer increíble, existe un album doble que fue grabado enteramente en las entrañas de la Gran Pirámide de Jufu (Keops) en un tiempo tan lejano ahora, como el que supone la mitad de la década de los setenta del siglo pasado, casi cuarenta años dentro de poco.

Sí, como lo leéis, el artista Paul Horn se introdujo en la Cámara Real acompañado únicamente de su flauta transversal y su voz, para jugar, musicalmente hablando, con la acústica de tan sagrado lugar, de manera que del diálogo originado entre el ser humano y las piedras que le rodeaban en su voluntario encierro, surgió una de las obras más hermosas y enigmáticas de todos los tiempos: Inside the Great Pyramid, compuesta nada menos que por 40 temas a cada cual más sugerente.

Sin querer obviar la importancia para nuestras partidas de temáticas musicales más modernas y hollywoodienses, fruto del incansable esfuerzo de la industria cinematográfica por saquear la abundante iconografía egipcia, creemos interesante poner pie en tierra por un momento y palpar de primera mano cómo podrían sonar los pasillos que recorrerán los protagonistas de Saqueadores de Tumbas, cuando en pos de un tesoro incierto, además de con los peligros inherentes a su aventura, se las tengan que ver con un silencio que suena, que tiene timbre y tono, y voz capaz de entonar extrañas canciones embriagadoras quién sabe con qué aviesas intenciones.

Escuchad Inside the Great Pyramid, Youtube os puede echar una bonita mano en este aspecto, pero hacedlo a través de unos buenos cascos o envueltos en el más absoluto silencio, porque si no, la obra perdería buena parte de su magia. Luego, dejaros llevar, y cuando el espíritu de la Gran Pirámide habite en vosotros, elegid los temas con los que sorprenderéis a vuestros jugadores. No os arrepentiréis de la experiencia.

Nos leemos.

Música para un hipogeo

Publicado el

viernes, 1 de febrero de 2013

1 Comment
alberto_orco dijo...

Mentira cochina. La única música que se oye dentro de un hipogeo son los gritos de los moribundos, el entrechocar del metal y el borboteo de la sangre brotando de un montón de muñones. Al menos era lo que sonaba aquella noche de sábado...

:P