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Fecha: martes, 21 marzo 2006 14:39
Asunto: Iceman (2)

Una propuesta más para el comic, más o menos es lo mismo, pero varía un poco el final.

Un tipo frío como el hielo recorre el último pasillo de la cárcel antes de disfrutar de la libertad después de 20 años a la sombra. Se detiene delante del mostrador de objetos personales, donde un funcionario aburrido y más pálido que la pared le entrega un sobre. El tipo lo vacía metódicamente y se guarda los objetos en los mismos bolsillos en los que los llevaba a mediados de los setenta. Su indumentaria de hecho recuerda a los buenos tiempo de los pantalones de campana y los trajes con camisa de cuello ancho, pero su cara ya no es la del joven fogoso de antaño. Ahora es un bloque de hielo (no en vano en la cárcel se ganó el apodo de Iceman). Una última mirada al funcionario y por fin la luz del día triunfando sobre las sombras a medida que las puertas automáticas de la cárcel se van abriendo.

El mundo de fuera ha cambiado, pero sólo en la superficie. Coches nuevos, moda nueva, pero lo que importa es lo de siemrpe. Seguro que las balas matan igual que hace 20 años. Seguro que la ciudad del hollín es la misma costra devoraalmas oscura y cautivadora a la vez. Le espera un hombre trajeado con gafas de sol. Apesta a agente especial del FBI. Una levísima sonrisa en ambos cuando se encuentran cerca del coche. No hay apretón de manos. El recién liberado le ofrece una llave de consigna envuelta en un papel arrugado donde pone un número de tres dígitos. El de las gafas le da a cambio un sobre cuyo contenido sólo Iceman puede ver.

Pasamos a un panorama rural. Parece una granja a las afueras de la ciudad, o quizá una casa de campo algo antigua. Iceman se baja de un coche y recorre el camino que le lleva hasta la casa. Cada movimiento está calculado. Parece que conoce muy bien por dónde se mueve y hacia dónde quiere ir. A esa hora el tipo al que busca debe de estar en el invernadero. Efectivamente. Ahí está, tratando con insondable paciencia sus plantas exóticas. Iceman lo mira largo rato. Se regodea en la certeza de que ese sólo su capricho determinará la suerte de ese hombre. Extrae de su bolsillo un viejo recorte de periódico donde un titular dice que alguien declara en un tribunal contra alguien a cambio de protección federal.

La víctima se vuelve. Cree haber escuchado un ruido cerca de la puerta del invernadero. Se levanta y se acerca para comporbar que alguien ha pegado a la puerta de cristal el viejo recorte. Se queda pálido. En un segundo sabe lo que va a pasar. Justo en ese momento, Iceman aparece por detrás y lo estrangula lenta y metódicamente con una manguera. Alguien creerá que se ha ahorcado por su cargo de conciencia. Iceman recoge el recorte, no hay que dejar demasiadas pistas a los pies planos.

Saludos!

Iceman

Publicado el

jueves, 7 de junio de 2012

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