Por hacer la gracieta interna (sí, puesto que no tenemos Instagram, también nos entretenemos con alguna que otra tontería de este pelo), habíamos previsto que 18ª Enmienda (título provisional) saliera al mercado con el número 018 de Cliffhanger, pero un último repaso a la munición disponible nos ha llevado a replantear su ubicación en la colección y a ponerlo definitivamente en el puesto número 12.

Piratas del Vacío (la semana que viene hablaremos extensamente de él) lleva el número 008 y ofrece una temática Ci-Fi. El 009 es como sabéis, Veragua, que trabaja sobre un contexto histórico. Para el 010 está previsto Babylon, nuestro juego carcelario ganador del concurso Cazatalentos'12, obviamente afincado en los procelosos mares de la actualidad entre rejas. Posteriormente irá Get Wild con el número 011, actual también, aunque con una clara filosofía enfocada al espíritu oriental y las artes marciales... Así que para cortar un poco la tendencia al «aquí y ahora» que va a empapar este verano ludotécnico, qué mejor que adelantar 18ª Enmienda e irnos con nuestras Thompson a pasar el rato en la época en la que imperaba «la ley seca».

Así que dicho y hecho, 18ª Enmienda (recordad que es título provisional, aunque al final lo mismo se queda como definitivo) llevará en el lomo el número 012, pero mejor refrescamos algo de su contenido, ¿no?, recordando también que sus ilustraciones estarán firmadas por Sergio Camarena, otro de nuestros ganadores del Cazatalentos'12.


«Edgar Mallory dejó en manos de O’Hara la construcción de la base local sobre la que funcionaría la Brigada Especial del departamento de policía mientras ponía la mirada en Washington. Allí conocía a un tal J. Edgar Hoover, antiguo compañero de la carrera de derecho y cofrade de la Kappa Alpha, que acababa de ser ascendido a la jefatura de una oficina de dudosa reputación y eficacia: el FBI. Hoover estaba en plena cruzada por depurar la oficina e instaurar un método de trabajo que otorgaba mucha importancia a las labores de campo. Tenía demasiados agentes especiales expertos en calentar sillones y quería ponerle remedio.

Si bien Hoover no creía que existiera nada llamado crimen organizado en Estados Unidos, se dejó convencer por su antiguo compañero de hermandad para que enviase a Blacksville a algunos de sus mejores agentes con vistas a bregarse en unas calles que no perdonaban. Era la mejor forma de acelerar la reconversión de sus hombres y un excelente trampolín para proyectarlos hacia el resto del país.

Hoover accedió, permitiendo, cosa rara en él, que sus hombres respondieran ante Mallory y O’Hara durante su estancia en la jurisdicción local, pero éstos tendrían que rendir cuentas directamente al director del FBI en relación con las actividades en las que sus hombres se viesen implicados. Hoover no era tonto, sabía que iban a jugar una partida sucia y eso era como echar queroseno a la prensa antes de tirar una cerilla al aire. Pero, al parecer, el director del FBI le debía varios favores a Mallory. Incluso llegué a escuchar —no recuerdo quién me lo dijo— que no era tanto una cuestión de favores como de trapos sucios. Creo que fue nuestro recto Mallory quien contagió la fiebre por los secretos que luego haría famoso Hoover.

Pero las motivaciones de Mallory no consistían en regalar a los federales un campo de entrenamiento urbano. El abogado era muy consciente de que Hoover estaba unificando bases de datos, información de todo tipo, que podría ser de interés para nuestros esfuerzos en Blacksville. Se atisbaba ya en el horizonte que nuestra guerra también se libraría en los tribunales, no solo en las calles; y allí la munición que se dispara no está en un cargador, sino en libros, archivadores y registros capaces de dar con tus huesos en una celda si se te da demasiado bien esquivar el plomo o, más habitualmente, si te las arreglabas para que nadie pudiese relacionarte con los que hacían el trabajo más sucio mientras te llenabas los bolsillos.»

El número 012 de Cliffhanger

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viernes, 24 de mayo de 2013

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3 Comments
Deka Black dijo...

Pues tambien es mala pata. esa broma con el numero hubiera sido interesante

Ludotecnia dijo...

Los 3 números siguientes ya nos los sabemos y créeme, el 18º Enmienda en el número 012 encaja de maravilla ;)

Omar El Kashef dijo...

Si es que cuando faltan manos, tó se apelotona...! XD