A la hora de escoger qué tipo de aviones vamos a utilizar en nuestras partidas de Dogfight, podemos ir directamente a las páginas 56 y 57 del manual si nuestras pretensiones son digamos que livianas, o interiorizar lo que se dice en el Tomo 3 del mismo [Las máquinas] si queremos ir un poco más allá.

Ahora bien, si lo que intentamos es representar de la mejor manera posible la atmósfera que reinaba en el seno de las escuadrillas, o incluso justificar (razonadamente, se entiende) el posible malestar de algunos pilotos para con sus aviones o incluso su felicidad al manejarlos, tal vez nos interese saber cuáles son los fundamentos en los que se basa la idoneidad de tal o cual aparato para con tal o cual misión (punto crucial para la desenvolvimiento de la aventura), y por tanto, la razón última de los números que aparecen en la tabla principal que aludíamos al comienzo.

Dicho ésto, lejos de pretender ofrecer una información prolija que serviría de poco una vez los PJ están en el aire, vamos a tratar de explicar someramente que para que un avión vuele se tienen que dar dos circunstancias: que el empuje mecánico (propulsor) y la superficie alar sean suficientes como para contrarrestar el peso de la máquina (piloto, aperos, combustible, maquinaria, carga bélica y blindaje si lo hubiera); y que una vez en el aire, sea la superfice alar la que se muestre capaz de prolongar el vuelo lo máximo posible (economizando combustible, fundamentalmente).


Tenemos por tanto 3 valores interconectados: peso, empuje y superfice alar, de manera que a mayor peso (bombarderos, por ejemplo) necesitaremos mayor empuje (dos o más motores) y superfice alar, y también necesitaremos mayor espacio para despegar. Así mismo, un buen empuje con una superfice alar de tipo mediano y un peso razonablemente pequeño, nos permitirá elevarnos antes y por supuesto volar más rápido. 

Huelga decir que los ingenieros aeronáuticos de principios del siglo pasado se devanaron los sesos  intentando equilibrar estos 3 valores en aras de dar respuesta a las necesidades bélicas. Quitando al potente Martinsyde F.4 Buzzard (entró en servicio casi a la finalización del conflicto. Pág. 50 del manual), que corresponde en sentido estricto a un modelo de concepción muy avanzado, el resto de aparatos que aparecen en Dogfight mantienen el tipo de proporcionalidad de la que hemos venido hablando.

En este sentido conviente matizar para terminar, que la envergadura del aparato no se corresponde con la superfice alar, de manera que los triplanos, por regla general, tenían menos envergadura pero más superfice alar que los biplanos del mismo tipo, pero eso nos lleva al concepto de manejabilidad, del que sin duda charlaremos en otro momento.

¡Buena caza!

Elegir avión [Dogfight]

Publicado el

miércoles, 18 de septiembre de 2013

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